sábado, 29 de diciembre de 2012

Las Últimas Gotas del 2012

Después de programar el post que inagurará el año que viene, se me ha ocurrido echar un ojo a la lista de artículos del blog. Y he comprobado que este año no batiré el record de entradas que establecí el año pasado (en 62). Me quedaré cerca, eso sí. Aunque tampoco es que me preocupe mucho (he leído hoy mismo un artículo en otro blog, en el que su propietario anunciaba que iba a dejar de publicar con tanta asiduidad). El caso es que, de media, he publicado un artículo semanalmente. Eso, teniendo en cuenta que me he peleado con dos proyectos literarios (que realmente deberían ser tres), y que dos de los artículos semanales eran secciones "fijas" (los cuestionarios y las reseñas), me deja con dos artículos al mes "improvisados". Poquita cosa comparada con otros blogs, mucho más activos.

Por otra parte, con este ya serán tres años los que lleve voceando por la red, y de momento no puedo decir que me haya cansado de escribir. Comparado con otros autores, reconozco que no ofrezco artículos demasiado sesudos. Pero procuro que aquellos que os molestáis en leerlos podáis, al menos, entreteneros con lo que cuento. De momento los seguidores crecen en número y ninguno me habéis tirado tomates virtuales, así que me considero relativamente afortunado.

Así pues, con esta breve meditación doy (casi) por concluidas mis aportaciones durante el 2012. Si no ocurre nada reseñable, el día 1 de Enero volveré a la carga. Y espero mantener, como poco, el mismo ritmo de publicación.

Un saludo y Felices Fiestas para todos.

martes, 25 de diciembre de 2012

Otros Autores: Roberto Rodriguez

Como regalo de Navidad, y preludio a lo que tengo planeado para el 2013, os presento la entrevista que hice a Roberto Rodriguez. Con él se inaugura (oficiosamente) la sección "Nocteutores", dedicada por completo a los miembros de Nocte y que ocupará la de Otros Autores durante el año próximo.

Desde luego, Roberto Rodriguez puede ser otro de esos ejemplos de autores que no se han rendido en ningún momento; no en vano ha sabido encontrar espacio para sus obras en el formato digital cuando se le cerraron las puertas de lo "tradicional". Sumado a la actividad en blogs y revistas, solo le puedo desear que obtenga mayores éxitos en el futuro.
1.Cuando pensaste en publicar por primera vez, ¿Qué te motivó a hacerlo?
Pensar en publicar, desde el mismo momento en que terminé mi primer relato “serio”, allá por el 2000 o así. Me encontraba en un mal momento anímico y con pocas expectativas de futuro. Aquel año o el anterior, la verdad es que soy muy malo para las fechas, había decidido retomar los estudios que había dejado con 17 años por cuestiones aburridas y complejas de explicar, y me había apuntado a la ESPA (Enseñanza secundaria para adultos). De la noche a la mañana pasé de ser un alumno con perfil de fracaso escolar a ser un alumno de valía. Nuestro querido sistema educativo tiene esas cosas. Ojalá los políticos se dejaran asesorar por la gente que está implicada en la educación día a día y tiene una perspectiva real de lo que sucede; y se olvidaran de los votos y de agradar a determinados sectores. Pero me estoy desviando de la pregunta. Entonces, mi profesora de Lengua en la ESPA leyó una redacción que escribí y me animó a escribir un relato para participar en un certamen literario que organizaba el centro. Yo había escrito guiones de cortometrajes -porque después de dejar el instituto cursé un año de cine en una escuela privada; un vano intento de seguir estudiando-, pero todos los relatos y novelas que había intentado escribir los había dejado a la mitad. No gané dicho concurso, pero me sirvió para seguir escribiendo.
Durante un tiempo me dediqué a participar en certámenes literarios, gastando mucho dinero en fotocopias y espirales y perdiendo la ilusión a marchas forzadas. Miré la posibilidad de publicar, porque en ese tiempo terminé mi primera novela, llamando a un par de editoriales e investigando un poco. Pero consideré que la inversión de dinero y tiempo eran demasiado, y mi tendencia al pesimismo me impidió siquiera intentarlo; además, pensé, ahora sé que con cierto criterio, que mi novela era intimista, y las editoriales que publican novelas “más serias” no apuestan por un desconocido, aunque me dijeron que les mandara el manuscrito encuadernado en espiral o canutillo -lo que era una pasta.
Un par de años después, conseguí conexión a Internet en casa y vi que podía empezar a mandar relatos para que me publicaran en webs. Me importaba que me leyeran, no que me pagaran. Después de ver mis primeros relatos publicados en Internet, decidí tratar de mover otra segunda novela que había escrito, porque ahora podría limitarme a mandar correos electrónicos con el archivo de la novela adjunto, sin dejarme un duro. Los rechazos y lo difícil que parecía lograrlo, me hicieron casi abandonar la idea de publicar. Por lo que me limité a mandar de forma esporádica la novela a las editoriales más pequeñas que tocaban el género fantástico -mi segunda novela era de fantasía-; publicasen estas en papel o digital.
2.¿Cómo ha sido hasta ahora tu experiencia en el mundo editorial?
Desalentadora, en lo que se refiere al mercado editorial. Al final, esto no deja de ser un negocio. Cuesta aceptar que tú no eres más que una anónima pieza de un engranaje mucho mayor que nada entiende de talento, si este no viene acompañado de dinero. Me he encontrado de todo: empresas intentando aprovecharse económicamente de la ilusión de los escritores; cartas de rechazo impersonales y otras, con las que podías estar de acuerdo o no, que al menos se molestaban en explicar las causas por las que tu novela era desestimada; contratos tramposos que pretendían secuestrar toda tu obra, pasada y presente; editores que solo se mueven por intereses, y otros educados y gentiles que no disponen de medios suficientes; ver mi novela “Gangsters Zombies” quedarse viuda de editorial, cuando Galisgamdigital cerró fruto de la crisis y los recortes de los ayuntamientos regionales... También he podido disfrutar de ver mis obras publicadas en papel, digital o audiolibro y de conocer a unos cuantos editores y escritores que me hacen pensar que no todo el mundo editorial está conformado por empresarios sin escrúpulos, sino que hay gente que está aquí por vocación. Aunque el constante cierre de las pequeñas editoriales no invita al optimismo.
Ahora me encuentro muy a gusto con la editorial Valentia Autores, Scifiworld y mis colaboraciones con la revista Dolmen, y espero que estos tres proyectos sigan creciendo y yo pueda mejorando como escritor y crítico.
Si sigo escriendo no es por publicar, es porque siento la necesidad de hacerlo, vea la luz o no; así como por el apoyo de mis amigos más cercanos y por lo sano que resulta conocer a otros escritores que comparten tu pasión.
3.¿Dónde buscas la inspiración para tus obras?
En todo... parto de experiencias personales o cercanas y trato de retorcerlo hasta convertirlo en una experiencia narrativa. Me cuesta mucho escribir sobre cosas que no conozco, porque reconozco que no encuentro el tiempo o las ganas necesarias para documentarme. Si escribir fuera la profesión que me da de comer, me forzaría a intentar hacerlo; pero como no es el caso, me vale la experiencia vital, mental, emocional y lectora para inspirarme.
En lo que se refiere a cómo se inician las tramas en mi mente, hay dos vías: normalmente acude una imagen poderosa a mi mente y luego construyo un argumento que de validez a ese instante; otras, en cambio, me obligo a escribir de un tema en concreto y me lanzo a ello. Es obvio que el primer método me resulta más catártico que el segundo, con el cual se aprende mucho, porque se tira de oficio y te da tablas, pero el rito de escribir es menos vertiginoso.
4.¿Cuál es tu medio favorito? ¿El relato o la novela?
Me gustan ambos. La novela es una experiencia literaria mas continuada y permite una mayor complejidad argumental, pero el relato te da vía libre para la experimentación.
5.¿Cuánto te han influenciado tus estudios y /o tu profesión a la hora de escribir?
Mis estudios me han influido más como una experiencia vital que como un motor de conocimiento, debido a mi errática y anormal experiencia como estudiante. Mi profesión, sobre todo como educador de menores, me ha servido muchísimo a la hora de conocer al ser humano y cómo este reacciona ante situaciones extremas. Lo que sí ha tenido una influencia mayor en mi forma de escribir ha sido mi formación cinematográfica, después de dejar los estudios, en la escuela de cine que ya he mencionado; yo quería ser director de cine, y solo me volqué en la escritura cuando fui consciente de que carecía de medios suficientes para tan siquiera aproximarme a lo que escribía en los guiones.
6.¿Qué género literario te gustaría innovar?
Me gustaría tocar todos los géneros, aunque es verdad que tiendo al terror; al menos, en lo que se refiere a las atmósferas de mis narraciones.
7.¿Tienes alguna rutina diaria para escribir, o te dejas llevar?
Dado que mi trabajo como educador de centros de reforma, monitor de OTL o ludotecario, por desgracia, son bastante inestables y los recortes en educación me están afectado gravemente, lo mismo paso un mes entero sin días libres que luego me tiro otro en el Paro. Por lo que suelo escribir muchas horas durante un mes o dos, y luego me puedo tirar un tiempo sin escribir nada. Aunque esa rutina está cambiando de forma forzosa, ya que por mis colaboraciones y mis compromisos adquiridos con Scifiworld, Valentia Autores, Nocte, Dolmen y mi blog: “El soñador sin párpados”; tengo que dedicarle más horas de las que dispongo durante el día y la noche a escribir. Ahora suelo escribir todos los días, un mínimo de dos o tres horas y un máximo de once o doce. Obviamente, cada cierto tiempo me doy cuenta de que escribir no es lo que me da de comer, entro en crisis y por unos días me dedico a intentar ser una persona “normal” y dejo de escribir.


8.¿Hay algún manuscrito que guardes en un cajón porque aún no lo consideres suficientemente bueno?
Tengo tres novelas a medio escribir, pero prácticamente todo lo que está terminado está saliendo publicado.
9.¿Hay algún libro que no hayas sido capaz de acabar de leer?
El Quijote lo he intentado leer como cuatro veces, y no soy capaz de pasar de las doscientas páginas. También creo que el problema es mío y del método que empleo, ya que cada vez que trato de leerlo, lo empiezo por el principio en lugar de retomarlo donde lo dejé. Tendré que seguir intentándolo, pero la prosa no logra engancharme y me resulta un libro complicadísimo de leer. La pena es que la historia me gusta, basta decir que me vi el primer capítulo de la serie que rodó Manuel Gutiérrez Aragón, con Fernando Rey haciendo de don Quijote, y me gustó tanto que decidí dejarla ahí, y retomarla cuando hubiese terminado el libro; creo que no terminaré jamás de ver la serie de TV.
10.¿Qué libro rescatarías a toda costa de tu biblioteca?
La lluvia amarilla, de Julio Llamazares. Aunque he de reconocer que no me jugaría mi vida ni la de nadie por un libro, a no ser que viviera en un estado totalitario y ese libro fuese un símbolo y no solo unas hojas encuadernadas; y aún así, tendría que bregar con mi cobardía.
11.¿La última novela que has leído y recomendarías?
No recomendaría la última novela que estoy leyendo, porque no me está gustando demasiado. Se trata de El gran espectáculo secreto, de Clive Barker. Recomendaría la anterior, Festín de Cuervos, pero no solo la novela, sino la saga entera de Canción de Hielo y Fuego.
12.¿Con qué escritor te gustaría coincidir en un ascensor? ¿Qué le preguntarías?
Me gustaría coincidir con George R. R. Martin, y aparte de decirle que ha tenido la suerte de dar conmigo -soy alto y delgado-, que si no, no cabríamos en el ascensor, más que preguntar, me gustaría escucharle hablar de su experiencia como escritor.
13.Aparte de escribir, ¿practicas alguna otra disciplina artística?
Antes que cineasta y escritor quise ser dibujante de cómics. Lo dejé porque pensé que ningún español podría trabajar para Marvel -yo quería trabajar en Marvel, era un Marvel Zombie-, luego Carlos Pacheco y Salvador Larroca empezaron a trabajar en Marvel. En la actualidad, hay un montón de dibujantes españoles trabajando para Marvel. Para que veáis el buen ojo que tengo para predecir el futuro. Ahora, cada cierto tiempo me da la neura, y me pongo a dibujar.
Lo que sí sigo haciendo es dirigir, editar y actuar en cortometrajes con mis colegas de Corruption Productions, pero paternidades, compromisos labores y personales están provocando que cada vez pase más tiempo entre una producción y la siguiente.
14.¿Algún sueño que te falte por cumplir, y puedas confesar?
Me faltan muchísimos sueños por cumplir... Algún día me gustaría dirigir un largometraje; por soñar, que no quede.





















lunes, 17 de diciembre de 2012

Último Desafío Literario: el Terror

Un breve artículo para que este mes no se quede sólo en las entrevistas y las reseñas. Y es que en el foro Abretelibro! se ha organizado, de forma totalmente improvisada, un concurso de relatos (como no podía ser menos) con un peculiar tema: Navidades Terroríficas.

(imagen de mohzart)

Ya comenté recientemente que mi relación con el terror literario era un tanto ambigua, y que ni yo mismo soy capaz de ponderar el nivel de desasosiego de lo que escribo, pero tras darle algunas vueltas me surgió una idea que consideré apropiada. Así que la escribí, la retoqué un poco gracias a la ayuda de una amiga que, de un tiempo a esta parte, se ha convertido en mi correctora oficial, y la he mandado. Creo que es una historia original y, en mi línea, juego con la capacidad del lector para "rellenar huecos" a la hora de aumentar la sensación de angustia.
Como el ganador del concurso se elige por votación entre los miembros del foro, los relatos aparecen sin dar a conocer al autor. Así que os animo a pasearos por entre las obras presentadas (identificadas como CN1) e intentar descubrir a mi "pesadilla". Hasta puede que alguno decida unirse al foro y cruzar letras en próximas convocatorias...
En breve, más noticias (si los Mayas no lo impiden).



lunes, 3 de diciembre de 2012

"Puro Fuego: Confesiones de una Banda de Chicas" de Joyce Carol Oates

(Reseña previamente publicada en Melibro)

En primer lugar, sería correcto advertir que la lectura de “Puro Fuego” tiene el hándicap de bordear lo desasosegante. No en vano, la autora nos propone acompañar a unos personajes que son objeto de maltratos físicos y vejaciones de una inusitada dureza. Ambientada a principios de los años 50 en una pequeña ciudad próxima a la frontera con Cánada, la novela juega a ser la transcripción de las notas de Maddy Wirtz, cronista de las andanzas de Foxfire; un grupo de jovencitas pre-adolescentes dispuestas a rebelarse contra las ataduras que les impone la sociedad machista del momento (de ahí esas “confesiones de una banda de chicas”).

Para ponernos en situación, Oates no tarda en mostrarnos un ejemplo descarnado del ambiente cuasi marginal en el que viven sus protagonistas. Así, empezamos por descubrir que Maddy trabaja para mantener el piso en el que vive con su madre depresiva. Prólogo al que acompaña la narración de cómo otra de las chicas fue llevada por sus hermanos hasta el garito de una banda de chicos, donde abusaron de ella. La primera de toda una retahíla de situaciones, en las que seremos testigo del abuso de poder de los adultos (especialmente hombres) contra ellas.

Es en estas circunstancias en las que se nos presenta a “Legs” Sadowsky. Amiga íntima de Maddy y víctima, como ella, de una familia desestructurada; pero con un espíritu muy diferente ya que, desde el principio, encarna el papel de una “fuera de la ley”: se mueve de forma clandestina, ignorando la autoridad de un padre alcohólico, y en todo momento se rebela contra el encasillamiento en un rol femenino, para lo cual recurre a un aspecto más bien andrógino. Será la personalidad de esta rebelde lo que acabará aglutinando a su alrededor a las demás muchachas, atraídas por la aplicación de justicia improvisada que les propone. Foxfire nace y se sostiene en la voluntad de “Legs”. En ella y su visión del mundo, como un conflicto entre los hombres opresores y las mujeres reprimidas. Ese ideario, aderezado por los principios socialistas que un anciano comunista le ha imbuido, convierte en directrices básicas de la banda combatir la desigualdad y hacer pagar a los que abusan de su poder; unas máximas que veremos cristalizar en las primeras acciones de represalia que llevan a cabo, mediante las cuales someten a sus enemigos al escarnio público. Y es que las Foxfire acabarán usando a su favor la doble moral de una sociedad machista pero puritana, al descubrir que pueden desquitarse con tan sólo pregonar las “debilidades” de esos hombres (o amenazar con descubrirlo). Desquites que pasarán del vandalismo a la extorsión y, finalmente, a una violencia más extrema con el paso del tiempo.

Otro puntal de la banda, derivada de esa obsesión de “Legs” por liberarse del rol femenino tradicional, es su continua negación a relacionarse con chicos. Un rechazo que llega hasta el extremo cuando se sospecha que alguna de ellas está incumpliendo esta “norma”, pues el “núcleo duro” de Foxfire considera ofensivo el supeditarse a un hombre. En cambio, la narración está salpicada por una serie de escenas en las que las componentes de la banda se dejan llevar por una absoluta desinhibición sexual entre ellas. Y, mientras Maddy y “Legs” parecen limitarse a una forma de relación platónica, no tardamos en atisbar lazos más fuertes entre otras chicas.

El desarrollo de la historia, una vez que se organiza la banda, nos va mostrando cómo esas víctimas muestran partes ocultas de la personalidad bajo el abrigo de sus compañeras. Añadido a la violencia creciente que las chicas liberan contra quienes les agreden, este peligroso cocktail acabará provocando un incidente y el arresto de la banda, a resultas de lo cual “Legs” enfrentará un periodo de reclusión forzosa. Durante ese tiempo, el sistema se las ingeniará para buscar los límites a la voluntad y la resistencia física de la muchacha, dejándola marcada en ambos sentidos. Pero, una vez que recupere la libertad, la banda recobrará su fuerza y las chicas se atreverán a emanciparse de sus familias, organizándose para sobrevivir de forma independiente. O, al menos, adquiriendo unas mínimas trazas de organización. Es entonces cuando el desarrollo de la historia deriva, como cabría pensar, hacia la catástrofe. Y es así porque no existe una salida viable para un grupo de adolescentes lideradas por una revolucionaria, cuando los medios para alcanzar su fin coquetean con la delincuencia. El sueño de vivir libres de cadenas se vuelve complicado para estas quinceañeras, al descubrir que no pueden romper los eslabones sin recurrir al “vil metal”. Por más que “Legs” demuestre un ingenio asombroso para el camaleonismo social, añadido a una vertiente manipuladora que sólo entonces se nos descubre, el destino no será favorable para las Foxfire. Al final, no lo olvidemos, estas son las confesiones de una banda.

Como curiosidad, comentar que existen dos adaptaciones de la novela para la gran pantalla. La primera, de 1996, cambia su ambientación a los 90 y tuvo a Angelina Jolie como “Legs”. La segunda, de este mismo año, es más fiel a la obra original en el desarrollo y la trama, aunque tampoco se atreve con ciertos aspectos escabrosos de la historia.

domingo, 2 de diciembre de 2012

"La Batalla del Colmillo"

Como buen aficionado al universo de Warhammer 40000, y muy en concreto de los Lobos Espaciales, no he podido resistirme a adquirir la última novela en la que participan mis "vikingos espaciales" favoritos.

Para empezar, y pensando en aquellos que desconocen el "universo del cuadragésimo milenio", una corta explicación al respecto: estamos en el futuro (en algún momento después del año 40000), y una versión decadente y teocrática del imperio interestelar humano subsiste a duras penas en una galaxia muy hostil. La ciencia se transmite como una religión cuyos fundamentos han sido casi olvidados, los poderes psíquicos están al orden del día (como una forma de herejía) y numerosas razas alienígenas (amén de fuerzas demoníacas) amenazan la supervivencia de la humanidad. Conviene aquí también una advertencia para los "legos" en esta serie: el libro usa extensamente una serie de términos y referencias que les pueden resultar indescifrables, pues no hay ninguna explicación de su significado. Aún así, como novela de "aventuras bélicas futuristas", es probable que la disfruten.

La historia que ocupa este volumen está situada, sin embargo, unos milenios atrás; cuando los efectos de la guerra civil (conocida como "la Herejía de Horus") aún estaban relativamente frescos. En concreto, se centra en la misión de venganza lanzada por el ejército de los Mil Hijos contra la base de los Lobos Espaciales (conocida como "El Colmillo"). Represalia que pretende imitar la masacre que los Lobos habían llevado a cabo durante la Herejía.

La trama comienza con la treta dispuesta por los Mil Hijos, mediante la cual atraen al grueso de los Lobos Espaciales a un planeta lejano, aprovechando la obsesión del Señor Lobo Ironhelm de destruir por completo a los Mil Hijos. De este modo, cuando la flota espacial se disponga a asaltar el Colmillo, la oposición resulta casi inexistente.

Pasando de un bando a otro, la narración discurre siguiendo los avatares de varios personajes: el Señor Lobo, una selección de Lobos entre los sitiados, y los oficiales de los Mil Hijos al mando de la invasión. Aderezada por las proezas de combate de los defensores (que protagonizan una prototípica lucha numantina), se insiste en el odio recíproco que se profesan ambos ejércitos y la muy diferente filosofía vital que empuja a cada uno: la feroz determinación de los Lobos Espaciales, enfrentada al amargo fatalismo de los Mil Hijos, fruto de sus orígenes y de las decisiones tomadas por otros en el pasado. Por supuesto, todas y cada una de las batallas están prolijamente ilustradas y descritas con un generoso derroche de actos de valor y/o hazañas sobrehumanas. Como es habitual en estas novelas, la trama nos conduce sin descanso hacia el último esfuerzo de resistencia de los sitiados; añadiendo más y más tensión (pues Magnus el Rojo forma parte del contingente sitiador). Buscando dejarnos sin aliento para poder darnos el "golpe de gracia" cuando se asiente el polvo y veamos quién queda en pie al final del combate.

Los seguidores del universo Warhammer disfrutarán con algunos detalles interesantes sobre el trasfondo "conocido" de los dos Capítulos de Marines Espaciales. Por una parte, se nos refiere una descripción en detalle de la casa de los Lobos Espaciales, añadiendo nuevas estancias a las que pudieran conocer los lectores de la saga de Ragnar Blackmane. Pero, además, nos revelan un proyecto secreto relacionado con la Herencia Genética de Russ, del cual nunca antes se había hecho mención y que puede sorprender a los seguidores de la legión fenrisiana.

En cuanto a los Mil Hijos, se presentan como una fuerza vengativa lastrada por la maldición de Ahriman. Resulta llamativa la forma nostálgica en que el hechicero Temekh recuerda su esplendoroso pasado, y la cuasi resignación ante la decadencia que observa entre sus camaradas. De todo lo cual, por otra parte, culpa a los Lobos Espaciales (obligando al lector a darle, si no toda, parte de razón). Planteamiento que sigue la corriente de la serie La Herejía de Horus, a través de cuyos libros los "marines traidores" han sido despojados poco a poco de la simple catalogación de villanos que tuvieron durante años. Imbuyéndoles de motivaciones más complejas, hasta rozar el arquetipo del antihéroe.

Personalmente, solo le encuentro un par de fallos a la obra. El más "irritante" es la reiteración de lo dicho en algún párrafo anterior, a veces sólo unas páginas más adelante. Y cuando digo reiteración, podría concretar en "repetición". Confieso que no sucede con tanta frecuencia como pudiera dar a entender este comentario pero, para mi gusto, es algo que nunca debería ocurrir. El otro problema es la ausencia de traducción para algunos términos de la "lengua fenrisiana", cuyo sentido hemos de sobreentender. Simular la forma de hablar de los Lobos Espaciales ayuda a aumentar la inmersión en la historia, desde luego, pero una ayuda no estaría mal.

En definitiva, dada la especial naturaleza de la novela (y el resto que componen la colección), se trata de un plato pensado para los conocedores del universo Warhammer. Ellos son los que mejor pueden apreciar cada guiño y cada pequeño detalle novedoso, degustando el olor a promethium en esta galaxia que sólo conoce la guerra.

sábado, 1 de diciembre de 2012

Otros Autores: Carlos Aurensanz

Con el autor que se presenta en Diciembre, llega a Párrafos Perturbados uno de los ejemplos más grandes de que cualquiera puede esconder un literato durante mucho tiempo sin saberlo. No en vano, Carlos Aurensanz publicó su primera novela con los cuarenta bien cumplidos. Y no sólo tuvo éxito en esa ocasión, si no que ha continuado haciéndolo con el resto de obras que componen su serie sobre la familia Banu Qasi en el Al Andalus del siglo IX.


Así pues, por si acaso no nos habían dado suficiente envidia con su precocidad algunos de los autores que se han pasado por aquí, ahora tenemos también motivos para plantearnos un nuevo reto: conseguir publicar con regularidad de los cuarenta en adelante. Y, desde luego, aquellos que hayan pensado en algún momento que ya peinaban demasiadas canas para meterse en este mundillo, pueden olvidarse de esa excusa y desempolvar sus escritos.
Dicho esto, sin más, pasemos al cuestionario (hoy, un poquito más corto de lo normal).
1. Cuando pensaste en publicar por primera vez, ¿Qué te motivó a hacerlo?
Puede resultar extraño, pero la idea de publicar (entonces una hipótesis muy lejana) surgió cuando ya llevaba bien avanzada la escritura de mi primera novela. Empecé a escribir por puro entretenimiento, como un ejercicio intelectual y, a medida que lo hacía, fue surgiendo la idea de que el resultado podía gustar a otros. Cuando terminé de contar la historia que quería contar, tenía en mis manos un manuscrito de 800 páginas. Simplemente hice varias copias y lo envié a algunas de las editoriales más importantes.
2. ¿Cómo ha sido hasta ahora tu experiencia en el mundo editorial?
De forma increíble, a las pocas semanas de enviar mi primer manuscrito, tenía una respuesta en mi buzón de correo, en la que Verónica, editora de Ediciones B, me contaba que uno de sus lectores se había mostrado “entusiasmado” con el original, y que había posibilidades de publicarlo. Nueve meses después, “Banu Qasi, Los hijos de Casio” veía la luz, tras un proceso de edición que a mí me resultó apasionante (correcciones, maquetación, galeradas, portada…). Las criticas y las ventas fueron excelentes, y planteé a la editorial la posibilidad de seguir con una historia cuyo interés no había acabado. Dos años después apareció “Banu Qasi, la Guerra de Al Andalus”, que afortunadamente ha obtenido los mismos resultados de crítica. Ambas novelas fueron nominadas en los Premios Hislibris como “Mejor Novela Histórica Española” en sus respectivos años de publicación. En estos momentos me encuentro escribiendo la que será la última entrega de la trilogía “Banu Qasi, la Hora del Califa”. En fin, una experiencia editorial que ha llegado como caída del cielo, con 45 años, y con la que estoy disfrutando enormemente.
3. ¿Dónde buscas la inspiración para tus obras?
Sin duda, en las crónicas históricas, sobre todo musulmanas, de la época en que transcurren mis novelas, el siglo IX y X. Quizá la responsable de que enmpezara a escribir es una de esas crónicas, el “Muqtabis” de Ibn Hayyan, que revela de una forma enormemente atractiva los sucesos bélicos, pero también los referidos a la vida cotidiana, de aquella época fascinante de nuestra historia.
4. ¿Cuál es tu medio favorito? ¿El relato o la novela?
Las críticas han destacado en mis novelas anteriores el rigor histórico, y esa era, desde luego, mi intención cuando empecé a escribir. La historia que descubrí en las crónicas y en la extensísima documentación que manejé, tenía la fuerza suficiente para que, llevada simplemente a las páginas de una novela, pudiera atrapar a cualquier lector. La novela estaba allí, y mi único mérito fue darle valor literario en forma de novela histórica.
5. ¿Cuánto te han influenciado tus estudios y /o tu profesión a la hora de escribir?
Supongo que poco en los contenidos, porque mi formación tiene poco que ver con la Historia ni con la Literatura, ya que soy veterinario de profesión. Sin embargo, algunas críticas sí que han valorado en mi forma de escribir un lenguaje conciso, exento de artificios, culto pero no pretencioso, más propio al parecer de los “escritores de ciencias”.
6. ¿Qué género literario te gustaría innovar?
Yo escribo novela histórica, posiblemente el género literario más fértil en las últimas décadas. Pretender ser innovador en el estilo estaría abocado a quedarse en eso, en una simple pretensión. Sin embargo, a juzgar por la valoración de los críticos, mis novelas sí que han sido innovadoras en cuanto al tiempo y el lugar en que se desarrolla su trama. Los sucesos del Siglo IX en la Península, en la frontera entre Al Andalus y los incipientes reinos cristianos eran enormemente desconocidos, lo que incluso para los lectores más voraces de histórica ha sido un descubrimiento.
7. ¿Tienes alguna rutina diaria para escribir, o te dejas llevar?
Soy muy escrupuloso en el trabajo previo a la escritura. El proceso de documentación, la recopilación y el manejo de la información, dura más que la propia fase de escritura. Cuando comienzo a escribir ya tengo un guión previo, una estructura básica de la novela, y ese elaborado armazón es el que comienzo a cubrir con palabras, en la que sin duda es la parte más gratificante del proceso. Escribo cuando puedo, porque tengo un trabajo de ocho horas y una familia, utilizando para ello muchas de mis horas de ocio, pues hasta ahora escribir es tan solo eso, el hobby que más satisfacciones me da.


8. ¿Hay algún manuscrito que guardes en un cajón porque aún no lo consideres suficientemente bueno?
No, no. Antes de publicar “Banu Qasi…” no había escrito nada. Absolutamente nada, ni un pequeño relato.
9. ¿Hay algún libro que no hayas sido capaz de acabar de leer?
Pocos, siempre trato de hacer un esfuerzo para terminarlos aunque me resulten soporíferos, pero sí, alguno he dejado, aunque no daré títulos para evitar malos ratos a sus autores. En concreto, últimamente, alguna novela histórica se ha quedado a medio leer, no por falta de interés de la historia, sino porque uno valora demasiado el trabajo de documentación como para soportar más de tres gazapos históricos en el mismo capítulo.
10. ¿Qué libro rescatarías a toda costa de tu biblioteca?
Los Miserables, de Victor Hugo. No solo por su indudable valor literario, sino por la nostalgia que me producen las circunstancias en que lo leí por vez primera.
11. ¿La última novela que has leído y recomendarías?
HHhH, de Laurent Binet. Una original novela sobre el atentado a Reinhard Heydrich, lugarteniente de Hitler, y que fue premio Goncourt el pasado año. La descubrí porque estuvo nominada junto a “Banu Qasi” como mejor novela histórica del 2011, y realmente me cautivó.
12. ¿Con qué escritor te gustaría coincidir en un ascensor? ¿Qué le preguntarías?
Últimamente he coincidido con bastantes, y siempre acabamos hablando de lo mismo, de lo mal que está el sector, de la piratería, de lo mal que tratan las editoriales a sus autores… Así que me gustaría coincidir con un Escritor de aquellos con mayúscula, que no tuvieron que vivir estos avatares, por ejemplo el que he mencionado más atrás. Seguramente le preguntaría… “¿Cómo demonios se puede escribir tan bien?
13. Aparte de escribir, ¿practicas alguna otra disciplina artística?
Me doy por satisfecho con que algún lector me diga que le gusta lo que escribo. No aspiro a más.
14. ¿Algún sueño que te falte por cumplir, y puedas confesar?
Sí, que la tirada inicial de un libro mío llegue al millón de ejemplares. Es broma (aunque no estaría mal). La verdad es que no puedo pedir demasiado, porque lo que me ha ocurrido no deja de ser un sueño cumplido… sin ni siquiera haberlo soñado.


















viernes, 23 de noviembre de 2012

Corta-Pega, revisión y sonrisas de ánimo

Ya comenté el miércoles que había aparecido una nueva reseña sobre "El secreto de los dioses olvidados", y la ilusión que me hizo descubrirla. Lo que ocurre es que hoy, repasando el blog que le dediqué a la novela, me he topado con un artículo que escribí allí y que, ahora, creo que merece la pena traer a Parrafos Perturbados.
Enlazando con ese breve repaso a mis influencias terroríficas que publiqué recientemente, me permitiréis que os cuente más cosas sobre cómo he llegado hasta aquí.
En primer lugar, debo reconocer que he sido un lector de ficción empedernido desde el mismo principio de mi afición a la lectura. Como ya he contado alguna vez, descubrí el placer por las aventuras con “La vuelta al mundo en 80 días” y desde entonces no he dejado de disfrutarlas. A partir de los 8 años y hasta acabar la EGB mi rutina diaria consistía en volver a casa, dejar la mochila y meterme en la biblioteca hasta que cerraban. Fue el tiempo de descubrir a Los Hollister, Los tres investigadores, el Pequeño Nicolás, Los cinco, Tocon… además de Asterix, Tintín, Blueberry, Valerian y demás. Recuerdo llegar a estar enfermo y, no teniendo otra cosa, leerme la colección de Celia de mi hermana. A tal punto llegaba mi incapacidad de entretenerme con otra cosa que no fuera la lectura...
De ésta época es mi primer “ramalazo literario”, consistente en presentarme a un concurso en el colegio. La desastrosa consecuencia fue que el jurado (de padres de alumnos) me acusó de haber plagiado el cuento. Al parecer, el lenguaje les pareció demasiado adulto para un niño de mi edad (esto último no lo supe hasta mucho más tarde), pero que un compañero me acusara en mitad del patio de haber copiado me afectó. Hizo que no volviera a presentarme a ningún concurso en muuuuuuucho tiempo.
El siguiente cambio ocurrió antes de pasar al Instituto, pero principalmente durante esa etapa. Me centré en la lectura y el diseño de cómics de superhéroes (motivado por mi otra gran afición, el dibujo). También fue el momento de pasar a la Biblioteca de Adultos, recorriendo las estanterías en busca de ciencia-ficción, con Asimov a la cabeza. Y aunque, como digo, llené cuadernos con argumentos para aventuras de superhéroes que yo creaba y dibujaba, no dejé de escribir. La primera novela debí de acabarla el último año de EGB. Si digo que la mecanografié en cuartillas hechas a base de fotocopias “recicladas”, puedo dar una idea aproximada de su apariencia. Estaba escrita, además, sobre la marcha. Por lo tanto, el argumento varió a medida que nuevas ideas iban surgiendo en mi cabeza día a día. Y, como puntilla final, contaba con personajes de cómic de “invitados especiales”. Un desastre vergonzante que guardo, sí, pero bajo siete llaves. Aunque, por supuesto, en aquella época me hizo sentir muy orgulloso y le pedí (obligar sería una palabra más apropiada) a mi madre que se la leyera. Más tarde, en el instituto, las buenas calificaciones que obtuve por un relato breve y varias “redacciones libres” me devolvieron la confianza en que aquello no se me daba tan mal, aunque es cierto que durante esos años torturé varias máquinas de escribir con más ilusión que otra cosa. Había otros futuros más brillantes en la lista de mi cabeza (dibujante de cómics, por ejemplo) que el de ser escritor.


Mi etapa en la universidad fue de las más creativas. Logré publicar un relato de “terror Lovecraftiano” en el certamen de “El Fungible” de 1.997, hice de articulista para varios fanzines (siempre alrededor del mundo del cómic) y acabé otra novela. Ésta vez, una parodia de la fantasía épica con tintes a lo Pratchett. Sin embargo, mi principal actividad literaria fue la escritura de aventuras para juegos de rol. Y podía decirse que así aprendí unos cuantos de los conceptos para acometer después la escritura de novelas. Me obligó a estructurar la narración, a planear los giros argumentales y a documentarme (me gustaba usar localizaciones reales). Aún así, acumulé cientos de páginas con historias que, llegadas a cierto punto, se morían por falta de ideas. Aunque también aumentó la cantidad de cuentos cortos, escritos en un cuaderno antes de irme a dormir, que fui guardando por no saber cómo (o no atreverme) a llevarlos a concurso.
En esa dinámica avanzó el tiempo hasta sufrir de cierta sequía, debida, casi por completo, a mi empecinamiento en que, puestos a centrar mis impulsos artísticos, estaba más dotado para el dibujo que para la escritura. Una idea que sólo se rompe al llegar el año 2.006. Entonces llegó el día en que me encontré con la primera novela publicada por un antiguo compañero del instituto, y decidí que era hora de probar fortuna en ese campo. Pero, eso sí, de un modo más profesional. Nada de mandar el manuscrito con la tinta de la impresora fresca. Convencí a amigos para leer la obra y saber qué debía mejorar. Acepté la necesidad de rescribir hasta que todo encajara y fluyera con suavidad. Una serie de detalles que, al ignorarlos en el pasado, habían sido la causa de resmas de palabras estériles.
Ahora, con “El Secreto de los dioses olvidados” publicado, procuro mantener siempre el bolígrafo a mano. Dejé apartado el sueño de dibujar cómics, sin perder el de escribir guiones. Buceo entre mis relatos cortos cuando descubro un concurso interesante. Escribo dentro de un “taller literario” de Mensa. Me esfuerzo por hacer avanzar cada siguiente proyecto… Y todo ello, animado por la misma ilusión que impregnó aquella novelita escrita a golpe de teclas cuando no tenía más de quince años: contar una historia que haga disfrutar a quien la lea.







miércoles, 21 de noviembre de 2012

Buena Reseña para "El Secreto..."

Sorprendentemente, esta mañana ha aparecido en mi perfil de Facebook un enlace hacia "El Investigador", un magazine mensual digital dedicada al mundo de la Segunda Guerra Mundial.

Da la casualidad de que, con motivo del Día Internacional del Dieselpunk, Josué Ramos ha decidido escribir una crítica sobre mi primera novela publicada, "El Secreto de los Dioses Olvidados", en la que le lanza unos cuantos piropos. Me ha hecho mucha ilusión, la verdad; y sólo siento que, aquellos que sientan la curiosidad de acercarse a la novela, sufran la actual escasez de ejemplares a la hora de hacer pedidos.

Así pues, si os apetece saber algo más sobre la novela, hacer click aquí (y no dejéis de leer el resto de artículos!!)

jueves, 15 de noviembre de 2012

El lenguaje del terror

Hace unos días me resultó curioso el comentario que me hicieron en el foro Abretelibro!. La observación, que vino de parte de una persona con quien he coincidido en todos (o casi) los concursos del foro en los que he tomado parte, me decía que nunca había visto ningún relato mio que tuviera tintes de terror. Y su observación me hizo darme cuenta de que, en efecto, así era.
Lo que me llama la atención de esta historia es que el terror, de un modo u otro, acabó apareciendo en las novelas que he escrito. Y este año, igualmente, ha sido pródigo en relatos con un marcado tono tétrico (para muestra, ningún botón mejor que "La Vieja", mi contribución al "Libro de los Monstruos"). Pero, sorprendentemente, después de tres años presentando cuentos en Abretelibro!, es justo esa la faceta de mi estilo a la que no he recurrido jamás.
Y todo esto ¿por qué? Pues porque en el foro se ha convocado un concurso de "Navidades Terroríficas" y, aunque desde el verano me he estado dedicando a escribir una serie de relatos con un elevado componente de "desasosiego", nunca he tenido muy claro en qué categoría del terror me puedo ubicar.
Vayamos por partes. Mi primer contacto con el terror debieron ser un par de malas experiencias infantiles con casas viejas y cementerios (a resultas de lo cual, es fácil imaginarse mi escasa afición por las películas de casas encantadas/poseídas/malditas). De hecho, tras la angustia de seguir al personaje de "La historia interminable" (en la segunda mitad, se entiende), mi único trato con el terror escrito fue "El corazón delator" de Poe hasta que me atreví con Stephen King. Para un entusiasta de los X-Men, las novelas de "Carrie" y "Ojos de Fuego" suponía encarar una versión hardcore de ese mundo de mutantes con poderes. La madre de Carrie y el asesino profesional de Ojos de Fuego eran malvados a más no poder y, sobre todo el segundo, eran personas con quien uno no quería cruzarse por la calle. Eso, sin contar la capacidad de King para que empatices con unos protagonistas bastante maltratados por la sociedad. Después llegarían a mis manos "La zona muerta" y "La larga marcha", que igualmente me pasmaron por su capacidad para mantenerme en tensión y esos héroes que no tenían ninguna vocación de salvadores.


(imagen de Sanchiko)
Más tarde, mi afición rolera me llevó hacia H.P. Lovecraft. Así que empecé a bucear entre los horrores de los mitos de Cthulhu, donde abrir la puerta de un sótano o un simple diario podía significar el enfrentarse a horrores inimaginables. En esas páginas me empapé del espíritu del terror gótico, al cual recurrí en mi primera participación "seria" para un concurso literario (allá por el 97, un siglo atrás). Y, finalmente, tras unos escarceos con Koontz, he seguido probando de forma puntual a otros autores. Lo cual, me parece, deja claro que nunca he sido un gran seguidor de la literatura de terror (sobre todo, si lo comparamos con el volumen de lectura de fantasía o ciencia-ficción).
Aún así, haciendo un análisis introspectivo, no puedo negar la influencia de esas lecturas a la hora de dar forma a mis criaturas más aterradoras. En primer lugar, me encantan los lugares que sugieren en sí mismos la proximidad de la muerte. Suelo recurrir a cementerios, casuchas, pasajes lóbregos... todos ellos muy clásicos (por no decir tópicos). Después, y cada vez más, prefiero sugerir cosas a mostrar cosas. Quizá sea un eco del terror infantil al estar solo en un sitio desconocido, pero me parece que no hay nada peor que creer que hay algo donde obviamente no debería haber nada. Que no necesitas un monstruo porque, a veces, basta con la insinuación de una presencia monstruosa (el relato "La vieja" juega mucho con esa idea). Para esto, también juego con un elemento "manido": reducir la vista y la percepción del narrador a lo que puede (o cree) ver el personaje. El único recurso que puedo concebir para que el lector sienta eso que le quiero transmitir. Aquí, además, se impone jugar con el vocabulario relacionado con los sentidos (una tarea que, personalmente, hay ocasiones en las que resulta muy frustrante) y de encontrar la manera de "sacar al lector de su zona de confort". Algo aún más complicado todavía porque, como para todo, he acabado por descubrir que a cada lector le gusta que le pongan los pelos de punta con cosas diferentes.
Lo cual me conduce, de forma directa, a que mis monstruos provengan con asiduidad de lo sobrenatural (quien haya leído "El Secreto de los Dioses Olvidados" lo debe de tener muy claro). Acostumbran a ser criaturas inhumanas en sí mismas (herederos de los "mutantes" del primer King, o de los seres alienígenas de Lovecraft), pasando por espectros y pesadillas oníricas. Pero, al mismo tiempo, me temo que me han hecho especializarme demasiado. Así que, aunque puedo dar forma a un personaje malvado sin problemas, nunca imagino a una persona normal como un monstruo (lo cual me aleja de envidiables creaciones como Hannibal Lecter, por ejemplo). De forma que, con la apropiada ambientación, me veo muy capaz de crear un thriller sobrenatural sin problemas (o una saga de aventuras con tintes de terror), pero no estoy tan convencido de poder obligar al lector a encender las luces del pasillo camino de la cama...
Los que me habéis leído alguna vez... ¿qué opináis? ¿entraría en alguna de las categorías del terror?







jueves, 1 de noviembre de 2012

Otros Autores: Eva Perez

Nos vamos acercando al fin de año y, como hay que ir pensando en qué les vamos a regalar a nuestros amigos, ¿qué mejor que el libro de un escritor que no conozcan, para sorprenderles con algo distinto?
La autora que visita este mes Párrafos Perturbados tiene ya una novela publicada con Espasa, y al hacerlo con su primera obra (antes de cumplir los malditos 30) se mete directamente en la lista de "novatos exitosos". Lo cual, por otra parte, implica que Eva Perez tenga el listón muy alto para sus próximos proyectos. Y que nos haga sentir verdes de envidia a unos cuantos, de paso.


Esto de los celos profesionales es algo que me debería callar, porque se da la casualidad de que Eva y yo nos conocemos personalmente. Primero, como miembros del foro Abretelibro!, coincidimos en algunos hilos. Después, cuando anunció que pretendía organizar un curso de Literatura Creativa, disfruté con los comentarios y consejos que me daba después de leer los relatos que le enviaba (lo que, entre otras cosas, sirvió para mantener mis ánimos en alto mientras buscaba un proyecto en el que embarcarme). Y, pasado el tiempo, hemos compartido conversación en algunas quedadas (demostrando que es tan simpática como aparenta), además de convertirme en un paseante casual de su blog, donde va rindiendo cuenta de lo que le gusta, las obras que está escribiendo y de las más variopintas cosas que le pasan por la cabeza.
Por mi parte, nada más puedo añadir; así que os dejo con la entrevista.
1. Cuando pensaste en publicar por primera vez, ¿Qué te motivó a hacerlo?
Siempre he querido escribir, desde niña lo hacía. Pero la idea de publicar más en serio me llegó a los trece años, a raíz del primer Certamen Literario que gané. Le siguieron dos más, y fue entonces cuando realmente pensé en dedicarme a escribir profesionalmente.
2. ¿Cómo ha sido, hasta ahora, tu experiencia en el mundo editorial?
Buena. Me ha enseñado que la ilusión, la perseverancia y el tesón reciben recompensa. He aprendido mucho de autores con más experiencia que yo, y los editores siempre han sido muy amables conmigo. Incluso cuando no eran mis editores se han mostrado siempre dispuestos a comentarme cosas del sector. Hago mención especial a Espasa, mi editorial actual. Y a Puente de Letras, por la amabilidad de las personas que trabajan allí.
3. ¿Dónde buscas la inspiración para tus obras?
En la gente, en la vida. A veces en el cine y en los libros. Pero sobre todo, las personas que me rodean y las cosas que me ocurren en el día a día son la fuente de inspiración. ¡Que luego a lo mejor la historia no tiene nada que ver! Pero todo está ahí, escondido.
4. ¿Cuál es tu medio favorito? ¿El relato o la novela?
Difícil me lo pones, no podría elegir uno. La novela corta es como un relato largo, no se distinguen tanto en verdad. Desde mi punto de vista, lo único que los diferencia es que tengo más espacio para explayarme y contar detalles. El relato breve es el medio más rápido para llegar al público y expresar una idea. Aunque me gusta mucho la novela, lo que más escribo son relatos cortos. Pero no es cuestión de que me gusten más, sino de que he tenido más oportunidad de publicarlos que las novelas.
5. ¿Cuánto te han influenciado tus estudios y /o tu profesión a la hora de escribir?
Bueno, la publicidad es una carrera para creativos. Eso no significa que no los haya en otras profesiones, puedes ser creativo en cualquiera, desde luego. Pero los que estudiamos publicidad estudiamos la manera de crear un mensaje original que envuelva un producto para llegar al público y provocar una emoción. En cierto modo, es parecido a idear un relato. Además, ayuda el hecho de que un publicista debe contar muchas cosas en poco espacio, casi como la idea de relato corto. Sí que me ha ayudado, sí.
6. ¿No crees que actualmente se enfoca demasiado la carrera de escritor hacia la consecución del éxito editorial, sacrificando incluso la calidad literaria?
Sí. Pero lo que me duele más es que la tendencia del mercado manda (esa es la parte comercial de la que no nos libramos). Puedes tener una obra maravillosa ambientada en la Inglaterra victoriana, pero si ese año lo que demanda el mercado son las novelas de asesinos en serie, la tuya va a aquedarse en el cajón. Del mismo modo, hay clásicos en los que la historia no te engancha hasta pasadas cien páginas –y que tienen un arranque especialmente lento-, sin embargo ahora mismo, para alcanzar el éxito en la búsqueda de editorial, se recomienda que el libro enganche desde el principio. Lo que te obliga a comenzarlo ya con un golpe de efecto. Eso lo veréis en muchos libros, a veces la primera frase ya refleja un hecho inesperado, un asesinato, un drama. A veces pienso que la calidad literaria ya no importa tanto. Por otro lado, y para poner una nota positiva, diré también que estoy plenamente convencida de que si escribes una obra buena, sea del género que sea, al final consigues llegar al público.


7. ¿Tienes alguna rutina diaria para escribir, o te dejas llevar?
Debería escribir a diario, je je je. Pero reconozco que no siempre lo hago. A veces tengo más tiempo libre y puedo terminar un capítulo entero. Lo ideal para mí es escribir una página al día, pero si un día no puedo luego lo recupero echándole más horas el fin de semana, o en algún rato libre.
También te diré que en circunstancias muy diversas me da por sacar la libreta que siempre me acompaña y ponerme a escribir. Da igual si estoy en la cola del teatro para coger entradas o en un trayecto en tren. Así aprovecho el tiempo.
8. ¿Hay algún manuscrito que guardes en un cajón porque aún no lo consideres suficientemente bueno?
Hay dos. Lo cual me recuerda que sería un buen momento para desempolvarlos, releerlos, corregirlos y plantear un proyecto editorial.
9. Algo que puedas contar sobre tu último proyecto literario...
Que me encantan las historias de piratas, jajajja. Debe ser por el verano, son más fresquitas. Aunque algún lector me ha pedido continuar con el universo de Araldor y la magia, de momento estoy ultimando otra novela. La culpa la tiene C.S.Lewis y una historia de su saga más famosa que se desarrollaba en alta mar. Una vez termine este proyecto, espero ponerme con otros para un público más adulto.
10. ¿Qué libro rescatarías a toda costa de tu biblioteca?
Hay muchos, no podría elegir. Pero sin duda salvaría El Guardián entre el centeno y Los renglones torcidos de Dios. Quizá también otras obras que no conozcáis mucho, como Tránsito, de Connie Willis. Y luego si me da tiempo me llevaba La Elegancia del Erizo, un recopilatorio de cuentos de Asimov, otro de Stephen King y por supuesto Las Puertas de Seda y El Secreto de los Dioses Olvidados.
11. Por fín eres un@ autor@ consagrad@... ¿a qué lugar del mundo le pedirías al editor que te enviase “para inspirarte y documentarte”?
¡Hombre, a Japón! Que no tiene que ver con la historia de piratas, pero seguro que allí encuentro sosiego y descanso para escribir de cualquier cosa, jajajjaja. Hay tantos y tantos lugares del mundo que me gustaría visitar,… no puedo elegir uno sólo, es complicado.
12. ¿Con qué personaje literario te identificarías?
Vaya pregunta… jajaja, Rafa, jajaja. Vale, a veces con Holden. Cuando estoy triste o el mundo me parece un lugar complicado o injusto, releo El Guardián entre el centeno. No es que me parezca a él, es que… siento una gran compasión por Holden. Lo sólo y lo perdido que está. Y que nada tiene sentido.
Parecerme, parecerme… te diría que me identifico con la Laurana de la Dragonlance, con la Jhosie de Barrotes de Bambú, o –dicen para meterse conmigo- con el trágico Louis de Entrevista con el Vampiro, por aquello de “Louis, Louis, siempre quejándote…”
Y es que el mundo no es nada justo, jajaja.
13. ¿Edición tradicional, o edición digital?
Tradicional. Tienes ante ti a una escritora que apenas se aclara con el manejo del Ipod, Iphone, Ipad y demás I-algo. Me gustan las redes sociales, soy bloggera y me gustan los foros, pero en lo que a informática se refiere… yo soy más de papel. Me gusta acariciar las portadas de los libros, tener una librería y notar el tacto de las páginas cuando estoy leyendo una obra. ¡Sé que pesan más y que el ebook es el futuro! Pero yo apenas lo uso,… la palabra impresa me parece más auténtica.
14. Aparte de la escritura “literaria”, ¿hay algún otro medio que practiques, o que te gustaría probar? (poesía, periodismo, teatro, guión de cine/cómic/tv...)
Bueno, periodismo y teatro ya los he probado. También cómics, lo que pasa es que la salida profesional del comic es aún más complicada. O eso me parece a mí. Estoy a gusto en la novela, en el relato. Durante años he escrito para marcas comerciales, para revistas,… también eso está bien. Todo lo que tenga que ver con la palabra escrita me atrae mucho.
15. ¿Algún sueño que te falte por cumplir, y puedas confesar?
Sí, quiero escribir muchas obras que lleguen a la gente. Que aporten algo, que les hagan cambiar, pensar, o ser felices simplemente. ¿Conoces la sensación cuando un cantante compone tu canción favorita y al escucharla piensas “gracias por hacerte músico”? Vale, pues yo quiero eso. Es una especie de gratitud por todas aquellas obras artísticas que han sido importantes para mí a lo largo de mi vida. Me siento en deuda, luego yo también escribo. Porque si esas personas, esos artistas, esos autores, no se hubieran dedicado a perseguir su sueño y su pasión, no tendríamos nada de eso. En cierto modo escribo porque a veces la realidad me sobrecoge, y necesito ordenarla, necesito poder transmitirla a los demás.




















miércoles, 31 de octubre de 2012

Work In Progress (2)

Lo cierto es que yo, ahora mismo, mientras tecleo estas palabras, debería estar haciendo honor al título del artículo y progresar en la escritura de alguna de las obras que tengo "en el horno". Sin embargo, por esos azares del destino, y porque de vez en cuando (más de lo que yo quisiera) se levanta uno vago vaguísimo, pues hoy me estoy dando otro día de asueto de la escritura. Aunque, bueno.... quizá no tanto.
La novela que está ahí, sobre la mesa, esperando a que abra el cuaderno y continúe dando forma a su universo, es un proyecto de "pulp steampunk" que comencé a principios del verano. En aquel momento quería darme un descanso de la secuela de "Umbrales", porque me estaba resultando muy difícil mantener una rutina diaria de escritura y avanzar en la historia se me estaba haciendo cuesta arriba. Justo por esos meses publiqué mi primer relato en Nololeas! y, como ya he explicado, se me ocurrió que sería entretenido probar a escribir una obra por entregas.


(imagen de noiprox)
En cambio, como ya sabrán algunos por mis últimos posts, esta novela se ha visto apartada a codazos por otro proyecto. Uno que, lo confieso, pensaba que tardaría años en concretar. La idea era crear una colección de relatos que compartieran una temática muy específica, y desde que escribiera el primero habían pasado muchos meses sin acercarme ni tan siquiera a lo que deseaba. Peeeeero, sin saber cómo ni por qué, de pronto escribí un par más. Muy poquito, sí. Y la inspiración empezó a llegar un día tras otro. Hasta que dejé de escribir la novela para centrarme sólo en estos relatos.
El hecho es que, a la espera de cerrar este artículo y progresar con mi novelilla pulp, me van llegando noticias alentadoras. Existe una pequeña posibilidad (vía mi agente) de que "Umbrales" y/o la colección de relatos encuentren editor en un futuro próximo. Lo cual redondearía bastante un año en el que he podido hablar mucho de relatos publicados, pero no de obras de más empaque.
Así que, cruzando dedos, me despido (hay un universo steampunk que necesita que le de coherencia y haga brillar a sus héroes en espectaculares aventuras). Que tengan un terrorífico Halloween.




miércoles, 24 de octubre de 2012

Una Nueva Obra

Ayer, por la noche, acabé de redactar un cuento de tres páginas que estaba en "mi lista" desde varios días atrás. De inmediato me senté al ordenador, abrí el procesador de texto y lo puse en limpio, añadiéndolo a los otros relatos que he estado escribiendo durante el último mes.
De esta forma, mi última obra literaria se puede dar por terminada. Al menos, el borrador inicial. Hoy he llevado una copia al Registro de la Propiedad Intelectual, y ya ando buscando lectores entre mis amistades para que me den su opinión. A ver si soy capaz de no empezar a retocar nada antes de que me hayan dicho qué les gusta y qué habría que mejorar...
Eso sí, cuando le comenté a mi agente, hace un par de días, que casi había terminado la redacción, me advirtió de algo que ya sabía: que es complicado encontrar una editorial interesada en colecciones de relatos. Así que puede decirse que lo mío, una vez más, es una demostración de optimismo desbordado. La saga de "La Tierra Asediada" sigue buscando quien la publique, y lo que hago es probar suerte con algo a lo que le puede resultar aún más difícil salir editado.


(una pista de cuál será la temática. imagen de Yohann Schepacz)
Aún así, mi principal confianza en que el proyecto pueda acabar en buen puerto se basa en que, por esta vez, he decidido seguir uno de los consejos que se suelen dar para publicar: escribe sobre un tema que esté de moda. No era mi propósito cuando empecé a desarrollarlo, pero la idea me había estado rondando durante bastante tiempo y ahora era el mejor momento para ponerlo a punto. Cómics, series de televisión y películas me dan ánimos para pensar en que los editores puedan encontrar mi obra suficientemente atractiva. Además, mis amistades siempre han dicho que lo mío es ser un cuentista. Así que esta puede ser la prueba de fuego para ver si tienen razón...
Ahora, supongo que dejaré descansar la pluma durante unos días. Así doy tiempo a que se lean los relatos, y a que me llegue su "feedback" para hacer la reescritura definitiva (espero que no tarden más que un par de semanas). Imagino que, mientras tanto, le iré dando un impulso al resto de proyectos que tengo pendientes.




sábado, 20 de octubre de 2012

Un festín en el trono

Por azares de la vida, este viernes tuve la oportunidad de disfrutar de una comida muy especial. Y es que, desde hace ya unos meses, tenía en mi lista de "futuros caprichos" el libro de recetas que unas aficionadas a Juego de Tronos habían preparado, basándose en los platos que George R.R. Martin describía a lo largo de la serie.


Al buscar información sobre cómo se las habían apañado, descubrí que se dedicaron a investigar en recetarios medievales. De este modo fueron encontrando platos en las distintas tradiciones culinarias de Europa y Medio Oriente, cuyos ingredientes los hacían similares a lo descrito en cada una de las entregas de Juego de Tronos. De hecho, en el libro se nos presentan las dos versiones: la antigua (una somera descripción de los ingredientes, sin especificar cantidades, y los pasos a seguir para prepararlo, de modo muy sencillo) y la moderna, más extensa y explicada, para un cocinero actual.
Los que me conocen saben que soy un gran aficionado a la gastronomía. Me encanta comer y cocinar. Y un "recetario medieval" como este me resultaba tan llamativo, que me apetecía mucho ponerle las manos encima para organizar alguna comida/cena/lo que sea temática. Así que podéis haceros una idea de cuál fue mi reacción al saber que había ganado una de las invitaciones para acudir a la presentación oficial del libro. Invitación que me llegó de esta manera.


El evento estuvo aderezado con la participación de un grupo de simpáticos y esforzados cosplayers, vestidos para la ocasión como algunos de los personajes de la serie. Y, por supuesto, no podía faltar EL TRONO.



Un servidor, rodeado de unos cuantos aspirantes a quitarle el asiento.
Evidentemente, la fiesta no podía terminar ahí. Después de una maratón de fotos (creo que hubo suerte de que la calle no estuviese más concurrida, porque la tentación era demasiado fuerte como para no aprovechar la oportunidad) entramos al restaurante y fue el momento de degustar una pequeña selección de platos del recetario:

(para empezar, Ensalada del Castillo Negro)



(Tortilla de Remolacha, para continuar)



(el plato fuerte: Pollo a la miel; sabe aún mejor de lo que parece)



(el postre, imprescindible: Pastelitos de Limón)


Desde ya, recomiendo a quien le guste "experimentar" en la cocina que se compre el recetario. Tras echarle una ojeada estoy deseando tener la oportunidad de probar algunos de sus platos, y confío en que alguien traduzca pronto el resto de recetas que sus autoras "se dejaron en la recámara".






















miércoles, 17 de octubre de 2012

Una Dulce Despedida

El evento que voy a publicitar hoy es, lamentablemente, la despedida de una iniciativa a la que le tenía mucho aprecio. Y es que la asociación "Tiramisú entre libros" dará por finalizada su vida durante este mes, con lo cual se convierte en el último cadáver caliente de esta plaga que ha arruinado diversas iniciativas del universo literario nacional: Grupo AJEC, NGC-3660 ...
Este "funeral festivo" tendrá lugar, por suerte para mí, en Madrid. Porque, si bien debo reconocer que no logré encontrarles un hueco a las quedadas anteriores que se llevaron a cabo en mi ciudad, me he mantenido atento a las actividades que iban organizando por la geografía española desde que supe de su existencia. Primero, por ese toque simpático (y goloso) de mezclar repostería y literatura. Segundo, porque se las apañaban para reunir a autores interesantes. Y tercero, por la capacidad para convertir esas quedadas en eventos de promoción que se prolongaban durante casi un día entero. Haciendo de ellas, prácticamente, mini-convenciones literarias en torno al género que proponían.

No sé si por elección, o por circunstancias del azar, esta defunción ocurre cerca del día de Todos los Santos; lo cual ha servido a los organizadores para convertir el evento en un previo a la fiesta de Halloween. Por lo tanto, la organización solicita a los participantes que acudan de riguroso disfraz, con la promesa de premiar al más esmerado.
Así pues, si el 27 de Octubre estáis en Madrid y os apetece colaborar a que esta despedida sea lo más dulce posible, os emplazo a venir (disfrazados o no) a la FNAC de Castellana, en Madrid (La programación de actividades de ese día, disponible AQUÍ).


viernes, 5 de octubre de 2012

"El Otoño en Pekin" de Boris Vian

(Reseña previamente publicada en Melibro)

La historia de la literatura es pródiga en genios efímeros, cuya luz se extinguió tras de haber impreso ese brillo deslumbrante a sus obras. Johh Kennedy Toole es uno de los casos más extremos, pero Boris Vian probablemente tenga todo el derecho del mundo a ser admitido en este exclusivo club.

Y, es que si hay una palabra para describir a Vian, ésta es “exclusivo”. Resulta muy difícil, por no decir imposible, recordar a otro autor con una forma de escribir similar. No sólo por la capacidad para jugar con el sentido de las palabras, aplicándolas fuera de su “entorno natural”, si no para transformar la realidad y dotar al universo de cualidades insospechadas; todo ello unido a una desproporcionada facilidad para jugar con los absurdos. No en vano, en la primera mitad de “El Otoño en Pekín”, el lector se siente en cierto modo como Alicia; cada personaje que se nos presenta es un Sombrerero loco, un Humpty-Dumpty o una Oruga Azul, conduciéndonos por su parcela de realidad, donde las reglas que conocemos se retuercen y transforman delante de nuestros ojos de maneras totalmente inesperadas.

En cuanto a la obra en sí, “Otoño en Pekín” es la historia de un grupo de personas que, por diferentes y disparatadas razones, acaban reuniéndose en el peculiar desierto de Exopotamia. Pero, sobre todo, es la historia del triángulo amoroso formado por Angel, Ana y Rochelle. Una relación que, al igual que la propia novela, irá mudando desde lo cómico hasta lo trágico a lo largo de sus páginas. Además, otros ingredientes que se podrían destacar en la novela son su versión ácidamente paródica de la Iglesia y la representación crítica del mundo empresarial. Eso sí, aderezado por momentos extraordinariamente simpáticos.

La relación sentimental que centra la historia, se nos presenta al comienzo de una forma bastante ordinaria (más aún, si cabe, teniendo en cuenta el contexto general): Angel es amigo de Ana, que está cortejando a Rochelle, la cual se muestra receptiva a esa seducción para disgusto de Angel, que también la desea. Una situación tan manida se acaba enquistando a medida que descubrimos la “pragmática” postura con que Ana y Rochelle afrontan la idea de una relación romántica; permanecer unidos hasta que el deseo por el otro se extinga y se esté en disposición de abandonarlo. A través de las confidencias de Angel a otros personajes conoceremos su sufrimiento; la lucha interna por mantener la amistad con Ana y, al tiempo, el dolor al ver qué poco le importa a su amigo el desgaste físico y emocional que le está ocasionando a Rochelle. Víctima, sólo desde el punto de vista del amante rechazado, pues ella se confiesa seguidora de la misma filosofía del amor fugaz y abrasador. Ese duelo entre la fidelidad al amigo u obtener el objeto de deseo irá carcomiendo a Angel, resolviéndose al fin de forma tormentosa.

Por otro lado la sátira a la Iglesia, más que paródica, raya la blasfemia desde el primer momento. En ningún instante se da Vian un respiro, y cada una de las intervenciones del Abad Petitjean nos aseguran una visión aún más mordaz y descreída del estamento eclesiástico. De tan amplio, el catálogo de bromas a su costa resulta difícil de enumerar: las canciones infantiles convertidas en elementos de la liturgia, la aparición de los lanzahostias, la existencia de un talonario de dispensas para cubrir las continuas tentaciones del abad... Elementos a los cuales se añade la figura de Claude Leon, ermitaño, anteriormente burócrata, iluminado por la gracia divina en el corredor de la muerte, y liberado de la pena capital porque la Iglesia “ha sido inventada para colocar a los criminales”. Entrelazado también con todo esto, pues el motivo de la reunión de los personajes es la construcción de un ferrocarril en el desierto, se encuentra una crítica puntual, pero no por ello menos cítrica, a los empresarios. Mediante breves capítulos, en los que nos narran las reuniones del consejo encargado del proyecto, se nos muestran brillantes pinceladas de humor a su costa.

Por último, y no menos importante, resaltar la locuacidad enciclopédica de que hace gala Boris Vian. Porque precisamente todo este loco entramado se sustenta en un uso desaforado de los juegos de palabras, las reinterpretaciones de las mismas y una riqueza en citas más o menos veladas, que hacen la adquisición de un diccionario casi indispensable. Si hay un autor al que los aficionados a la escritura deberían acercarse, por lo menos una vez en la vida, sin duda que es Boris Vian.

lunes, 1 de octubre de 2012

Más noticias de resultados literarios

Me llega hoy la noticia desde Valentia Autores de que he acabado entre los relatos seleccionados para el Certamen Ciudadela. Siguiendo con mi costumbre habitual, no me declaran ganador pero sí me incluyen entre los relatos que se publicarán.
Si las fechas se cumplen, el recopilatorio en papel (bajo demanda) saldrá a la venta el 1 de Febrero. Al cual se le añadirá un audiolibro después.
Lo que más me alegra es que "Ascuas", el relato con el que participé, al fin haya encontrado un hueco en el corazoncito de un jurado. Aunque no es de mi estilo más habitual, el humor, lo que me preocupa es que es el segundo de estas características que consigue tener éxito.
A lo mejor debería insistir en esa temática...

Otros Autores: Patricia Garcia-Rojo

La autora con la que damos la bienvenida al otoño es otro de esos ejemplos de precocidad e insistencia. En este caso, amén de "profesorear", esta veinteañera jienense lleva el último lustro haciéndose un sitio en el mundo literario (si es que no se puede decir que ya se ha hecho con el asiento en propiedad) dentro de la fantasía para público juvenil. Y encima se atreve con la poesía, por si acaso no es bastante complicado que te publiquen cuando escribes en prosa...


Sus trabajos más recientes son "Los cines Somnios", con la que prosigue su saga juvenil de "Los portales de Éldonon", y "Amar es aquí", su primer poemario. Pero, como lo suyo parece que es un no parar, probablemente en poco tiempo descubramos que le tienen que dedicar una estantería a ella sola...
Y ya, sin más circunloquios... las respuestas de Patricia al cuestionario.

1. Cuando pensaste en publicar por primera vez, ¿Qué te motivó a hacerlo?
Supongo que la idea de publicar estaba siempre en mi imaginación, aunque de manera abstracta puesto que me parecía un sueño imposible, de esos que consigues con canas y no recién acabada la universidad. Mi hermano y yo hacíamos nuestras propias ediciones en casa y habíamos ya ensayado versiones de mi primera novela, La Fábrica Creátor, que quedaron poco vistosas cuando gané el premio Andalucía Joven de Narrativa en 2007 y pude ver la versión editada por Berenice de mi novela. Así que publiqué por primera vez gracias a un concurso literario, cuyo premio era un contrato editorial, al que me presenté gracias a una amiga que fue muy muy insistente.
2. ¿Cómo ha sido, hasta ahora, tu experiencia en el mundo editorial?
Considero que el mundo editorial pasa de ser el paraíso soñado a ser el lobo feroz para los escritores nóveles. Cuando empecé, me sentí la reina de Saba, agasajada por el equipo editorial y, después, fui viendo como mis editores cambiaban, la comunicación se hacía más deficiente, las cartas se perdían en el correo, etcétera. A pesar de todo, no me quejo, cuando aceptas que ese es el estado normal de las cosas, lo asumes con otra paz. He tenido grandes y medianas experiencias en el mundo editorial.
3. ¿Dónde buscas la inspiración para tus obras?
Supongo que en todo: en la música que escucho, los libros que leo, las películas o series que veo, la historia, la pintura, las cosas que sueño… En la gente que me cruzo por la calle y las vidas que les invento. Más que buscar la inspiración, siento que me encuentro en todos sitios buenos motivos para mis poemas y novelas.
4. ¿Cuál es tu medio favorito? ¿El relato o la novela?
Narrativamente prefiero la novela. No soy una buena escritora de relatos, se me queda corto el formato o me deja insatisfecha cuando termino. Prefiero dedicar horas y meses a un proyecto largo de novela. De todos modos disfruto mucho con la poesía, que cultivo casi diariamente en Ridícula Calamidad, un blog que mantengo desde 2007.
5. ¿Cuánto te han influenciado tus estudios y /o tu profesión a la hora de escribir?
Elegí mi carrera porque quería escribir y formarme para ello, así que estudié Filología Hispánica, lo que me facilitó, en primer lugar, conocer a fondo la gramática para poder aplicarla con fluidez a mis textos y, en segundo lugar, conocer las fuentes de la literatura tanto española como universal. Así aprendes que la originalidad es una utopía interesante.
Mi profesión, soy profesora de lengua y literatura en un instituto público, me permite disponer de tiempo para dedicarme a mis novelas y también de una fuente inagotable de inspiración para una escritora de narrativa juvenil: aulas llenas de adolescentes.


6. La pastilla azul hace que seas un Best-Seller mundial. La pastilla roja hace que te estudien en la escuela cuando pasen los años. Tú eliges....
¿No hay un término medio en el que puedes sobrevivir de la literatura y disfrutar de ella sin vender tu alma al diablo o a los grandes críticos? En fin, para ser sincera, preferiría dejar una buena herencia a mis hijos y salvar a mis padres del paro. No aspiro a grandes triunfos literarios, lo que hago es sencillo, me gusta y me hace feliz. Como no me estudiarán, por lo menos que me vendan hasta en los centro comerciales.
7. ¿Tienes alguna rutina diaria para escribir, o te dejas llevar?
Suelo escribir diariamente un poema, por el simple hecho de entrenarme. No me preocupo por su calidad literaria ni le dedico demasiado tiempo, pero me sirve para no perder el contacto con las palabras. De todos modos, cuando escribo novela, la historia es bastante diferente. Sólo me dedico a eso durante el día y puedo estar un mes encerrada si es necesario. Soy buena bajo presión, con tiempo me siento en el sofá y me pongo a leer. Así que mi rutina para la novela es: masticar la idea en la cabeza, escribir esquemas de toda la obra con los lazos bien atados y sentarme a escribir como si no hubiese mañana.
8. ¿Hay algún manuscrito que guardes en un cajón porque aún no lo consideres suficientemente bueno?
Creo que todos los escritores tenemos esa doble relación con nuestra obra que nos hace amarla como a hijos y despreciarla al mismo tiempo como el peor defecto. Pero si mis novelas están en cajones no es porque o las considere buenas, para mí la literatura no se mide sólo por eso. Mido mis novelas por lo que me hicieron disfrutar mientras las escribía y creo que si gustan a alguien, tienen derecho a estar publicadas, opine la crítica de ellas lo que opine. Si guardo libros por los rincones, es porque el mundo editorial no lo publica todo.
9. Algo que puedas contar sobre tu último proyecto literario...
Pues ahora ando liada con la tercera entrega de mi tetralogía Los portales de Éldonon. Estamos en fase de corrección y maquetación. Si todo va bien y las cosas no se tuercen, pronto podremos lanzarla. Además, participaré en una antología de cuentos sobre las crisis del escritor y sus manías, con lo que también estoy revisando ese cuento, que se llamará El cuarto de la plancha.
10. ¿Hay algún libro que no hayas sido capaz de acabar de leer?
Más de uno. Cuando te das cuenta de la cantidad de libros que hay en el mundo, decides que no tienes por qué acabar todo lo que empiezas. Libro que me aburre o me cansa, va a la estantería de lecturas para el futuro, porque también entiendo que cada lectura tiene su momento y que quizá sea yo la que necesita cambiar para valorarla. Sólo confieso que esa balda está ya más que completa de títulos.


11. ¿Qué expectativas tienes, a nivel literario, a partir de ahora?
He aprendido a vivir sin expectativas. Uno sueña y desea, pero luego la vida es lo que es y el mundo editorial a veces es un sitio inaccesible. Si tengo una expectativa es la de seguir pasándolo igual de bien cuando escribo mis novelas. Mientras sirvan para hacerme feliz a mí misma, seguiré trabajando en ellas. Así que nada, escribir, seguir leyendo, seguir formándome, seguir llamando a puertas…
12. ¿Con qué personaje literario te identificarías?
Soy tan egocéntrica que casi me identifico con todos los personajes de todos los libros. Pero recuerdo que mientras leía Olvidado Rey Gudú me sentía muy identificada con Ardid, quizá porque representaba el ideal de una mujer inteligente y siempre aspira uno a ser así de listo. También suelo identificarme con los personajes de Jostein Gaarder porque se preguntan sobre el mundo, el tiempo y la belleza.
13. ¿Edición tradicional, o edición digital?
A mí me gusta escribir en los libros, subrayar, doblar páginas, hacer dibujos, tachar… Así que edición tradicional. Soy una conservadora.
14. Aparte de escribir, ¿practicas alguna otra disciplina artística?
Pinto, mejor o peor, con acuarelas. Son más apuntes y bocetillos que nada que pueda tomarse en serio. Me entretiene y me ayuda a despejar la mente. Es mi carrera frustrada, la de haber estudiado Bellas Artes o Historia del Arte. Supongo que acallo esa frustración con mi caja de acuarelas siempre en el bolso.
También he hecho teatro durante muchos años en la compañía Mamadou, hecho que agradezco porque me ayuda ahora en las presentaciones y las firmas a mantener el tipo y la sonrisa.
15. ¿Algún sueño que te falte por cumplir, y puedas confesar?
Claro que sí. Muchos. Especialmente ser madre, quizá no me importaría morirme sin haber realizado los demás, pero tener hijos sería una gran aventura, seguramente mi mejor historia.






















viernes, 14 de septiembre de 2012

Work In Progress

WIP (Work in Progress) es un vocablo inglés muy común en el ámbito de artistas (de cualquier disciplina) en internet. Dibujantes, pintores, escultores... se refieren de esta manera a los "avances" de obras que están llevando a cabo, y que ofrecen para su apreciación a los visitantes de blogs u otras páginas.
Yo, a excepción de los avances que publiqué de "Umbrales", no soy muy amigo de colgar fragmentos de lo que escribo. No por desconfianza a que alguien "se me adelante" o la idea sea copiada por otras personas. Más bien se debe a una cierta superstición a que la obra se quede sin acabar. Ya sabéis... no vender la piel del oso... Aunque, eso sí, a veces les envío una copia de mi último relato a algunos amigos para que me den su opinión y le saquen alguna pega.
El caso es que estos días, con tres proyectos abiertos simultáneamente, la cantidad de WIP se acumula. Porque, además de lo anterior, se suman los artículos para el blog y otros relatos que intento escribir para concursos que me han resultado interesantes. Eso supone apartarse de la tele y el ordenador (o, al menos, hacer que no me distraigan), e intentar que me llegue la inspiración mientras le doy una y mil vueltas a las ideas que se me han ocurrido.
Y, al intentar poner algo de orden en todo ese caos, es como he conseguido enfrentarme a esta visión.


Lo obvio, a primera vista, es que soy un enamorado de las Moleskines. Desde que escribí "El secreto de los Dioses Olvidados", me cuesta concebir ningún manuscrito si no está en alguna de las variantes de esta marca. La cosa es que, aunque algunos están destinados a proyectos concretos o usos específicos, también se puede comprobar que he acumulado una buena cantidad de ellos para usos "genéricos". Haciendo un recuento fácil, todos los cuadernos que no estén etiquetados corresponden a esa categoría. Pero, como siempre pienso que "ya le daré utilidad", acabó por comprarme un cuaderno nuevo en cuanto empiezo a acumular cuartillas sueltas (o me dejo en casa el que esté usando en ese momento al irme de viaje). Y ahora que Moleskine vende packs de 3 por 1...
¿Parece poco? Pues la montaña crecería si incluyera las libretas y cuadernos "para apuntar ideas", que están archivados porque los agoté. Y aunque la mayoría de las páginas conservan ideas que nunca he usado, constituyen un fondo de armario bastante útil a la hora de luchar contra la falta de inspiración.
Total... que repasar el WIP puede dar para mucho. Hasta para escribir un articulillo "de relleno".