viernes, 25 de mayo de 2012

Documentándome "in situ" en vacaciones

Una broma que suelo hacer es que, si algún día llego a convertirme en autor de Best-Seller, lo que más me gustaría es encontrar la forma de incluir Japón en la ambientación de una novela y pedirle a la editorial que me pagase el viaje "de documentación". Este mes de Mayo he disfrutado de unos cuantos días de asueto y, tras armarme de valor, por fin hice uno de esos viajes. Lo tenía planeado desde el año pasado, pero entonces no llegué a realizar mi hazaña: ruta en coche hasta Carcassonne.


(vista nocturna de la Cité de Carcassonne)
Mi interés básico para viajar hasta allí estaba motivado por la novela que ando escribiendo (la secuela de "Umbrales", como se pueden imaginar los seguidores del blog). Ya en el 2011, cuando empecé a trabajar en la sinopsis, tenía claro que quería situar allí una parte sustancial de la acción. Y es que, a pesar de tratarse de un lugar muy conocido, la información que precisaba para mi proyecto literario (planos y fotos anteriores al siglo XX), no eran fáciles de conseguir. Lo cual me molestaba porque no quería trabajar sobre una ciudad ficticia, ni describir Carcassonne cometiendo errores de bulto.

Así pues, y tras la obvia paliza al volante, llegué al mediodía a mi destino: una "pequeña" ciudad en la región del Languedoc, cuyo principal reclamo es la fortaleza y ciudad medieval reconstruidos a mediados del XIX por Viollet-le-Duc. Como sólo iba a pasar tres días allí, en cuanto abandoné las maletas fui corriendo hasta la fortaleza. Sin embargo, mi primer contacto resultó un tanto frustrante porque las viviendas de la villa medieval se han convertido en su casi totalidad en establecimientos turísticos (léase tiendas de souvenirs, restaurantes u hóteles). Tener que caminar esquivando a otros turistas y ver un escaparate allá donde mirase restó mucho encanto al momento. Aún así, dediqué unas cuantas horas a recorrer el recinto y conseguí cumplir con otro de mis objetivos: hacerme con un libro muy prometedor, de fotografías de la ciudad en el siglo XIX (me asombró no encontrar ejemplares en inglés, así que tendré que sobornar a alguna amistad para que me ayude con los párrafos en francés que no pueda desentrañar).


(el semáforo estropea un poco la vista, sí)
El segundo día fue mucho más satisfactorio. Aprovechando que estaba hospedado a un par de minutos de la fortaleza, comencé mi visita antes de que abrieran las tiendas y las puertas del castillo. A esa hora mis únicos acompañantes eran los empleados que iban llegando a trabajar, y la sensación de estar paseando por un antiguo pueblo fortificado resultó más convincente. Y a partir de ahí, el concepto de viajar "para empaparse de la esencia" cobró todo su sentido. El castillo y las murallas nos lo repartimos una docena de visitantes madrugadores, de modo que prácticamente se podía disfrutar del lugar en soledad. En mi caso, aproveché la circunstancia para disfrutar de las vistas, curiosear e irme imaginando a los personajes caminando por allí. Y, por supuesto, para hacer infinidad de fotos.

Sólo por esas horas, ya mereció la pena el viaje. A medida que pasaba por cada estancia, me asomaba a una aspillera o contemplaba las calles de la villa a vista de pájaro, me iban encajando escenas de la trama. E, igualmente, le daba vueltas a aquellos elementos que con bastante seguridad tendré que inventarme para adaptar la realidad de la ciudad a la ambientación de la "Tierra Asediada". Estaba dejando de ver a los personajes frente a una pantalla de Croma, para empezar a imaginarles entre unos muros y unos horizontes más sólidos. Los de mi propia versión "steampunk" de la ciudad.


(el castillo, visto desde las murallas)
Ahora, de vuelta a casa, el efecto del viaje se nota. Aunque aún no he empezado a escribir a un ritmo realmente productivo, el desarrollo de la historia ya no está envuelto en las mismas brumas. Esa pequeña pantalla de cine en la que se proyecta la "película" de mi novela se ha llenado de colores vivos y espacios que ahora me resultan familiares. Y pronto, espero verla completa.











jueves, 3 de mayo de 2012

Incrementando el Currículum "Cuentista"

Hoy toca doble entrada, porque se ha producido la combinación de una entrada ya programada con la llegada de buenas noticias para mi historial de participaciones en concursos literarios (aunque siga sin triunfar en ningún certamen con dotación económica).
El hecho es que Mayo parece que va a ser mi mejor mes del año (de momento). Lo empecé celebrando que, una vez más, uno de mis relatos estaba entre los más votados del Concurso de Primavera del foro Abretelibro! En lo que también se ha convertido en una tradición en mis participaciones, pues sigo siendo de los mejor valorados pero no acabo de ganar. Aunque, desde luego, el nivel de las obras presentadas también ha ido incrementándose año a año y cada vez resulta más complicado hacerse un hueco. Y me ha alegrado ver la recepción de mi cuento, escrito ya hace unos años pero al que le tenía bastante cariño.

Ayer, me llegó el mail de parte de Escuela de Fantasía para notificarme que estaba entre las obras seleccionadas para su última antología: "Libro de Monstruos". Noticia que me hizo muy feliz, pues la convocatoria estuvo en mi lista de concursos a los que quería presentarme pero no tenía con qué. En especial se me planteaba el problema de que debía trabajar con monstruos de la mitología tradicional, así que no podía crear nada "ex-profeso". Y por más vueltas que le daba, no se me ocurría nada. Sin embargo, el mismo libro que he reseñado hoy me dio la idea. Tiffany Dolorido, la protagonista, me hizo pensar en las brujas. Y así, en un arrebato de inspiración (empecé a escribirlo en un viaje de Metro, y lo terminé al día siguiente), surgió este relato sobre uno de los monstruos de cuento por antonomasia. Por último, sigo a la espera de saber si mi microrrelato para el Concurso de Harry Dresden en la web de Espada y Brujería conseguirá llegar a buen fin. De momento, en la guerra por la popularidad de los "Me gusta" en Facebook no ha salido bien parado. Al menos, aún le queda la opción de aferrarse a la selección que va a hacer el jurado. Y espero que se una a buenas noticias sobre la publicación de "Ácronos", la antología que puede ponernos en el escaparate a los autores en castellano que tanto disfrutamos con ficciones en el XIX.
Y eso es todo. En breve, procuraré dar más envidia con imágenes del viaje que me ha tenido fuera del país durante unos días.
EDITADO: Mi aventura con Harry Dresden ha resultado en fiasco. Una pena, aunque confiaba en que tendría alguna oportunidad.



"The Wee Free Men" de Terry Pratchett

(Reseña previamente publicada en Melibro)

Aunque soy un devoto creyente en el talento de Sir Terry Pratchett, confieso que ando bastante desfasado en lo tocante a la lectura de sus obras. Esa es mi excusa (endeble, lo sé) para no haber acometido antes el disfrute de las aventuras de Tiffany Dolorido.

Y es que, a pesar de los equívocos achacables al título, la principal (por no decir única) protagonista de esta novela es una joven de nueve años, cuya anodina vida en una granja va a sufrir un cambio radical. Porque, aunque ella no lo sabe, es una bruja en potencia. Y su descubrimiento va a coincidir con el momento justo en que una poderosa entidad sobrenatural se dispone a dominar la tierra en que vive Tiffany.

Dos factores hacen distinta esta novela a los volúmenes previos (que yo haya leído) del Mundodisco. En primer lugar, el propio Pratchett la ha calificado como “juvenil” (lo cual explica, sobre todo, la edad de la protagonista). Y esto lleva, a mi parecer, al siguiente factor, en lo que insisto es una percepción personal: el humor de Pratchett se vuelve un tanto más ligero. Aunque podemos encontrarnos con algunos de sus brillantes destellos ácidos, no son tan numerosos como en otras obras.

De hecho, la narración posee un agudo componente “educativo”. El proceso por el cual se explican las motivaciones de Tiffany para convertirse en bruja, por ejemplo, retratan la madurez mental del propio personaje al tiempo que obligan al lector a reflexionar. Probablemente incluso se podrían encontrar grandes paralelismos (perdón por la osadía que sigue) entre The wee free men y los clásicos relatos decimonónicos como Pinocho o Corazón. En especial por el debate sobre ciertos aspectos morales del comportamiento social, que se nos presentan (como en la obra de Edmundo de Amicis) mediante relatos interpuestos en los que Tiffany recuerda a su abuela. A través de ellos, además, la figura de la bruja cobra un papel extraordinario, al situarla como un contrapeso moral que debe equilibrar las obras injustas y reclamar rectitud a quienes ejercen la autoridad.

La parte cómica, obligatoria en la idiosincrasia del Mundodisco, la aportan los pictsis; esa raza de pícaros, pendencieros, malhablados, y absolutamente temerosos de los abogados, hombrecillos tatuados de azul (que ya habían aparecido con anterioridad en Carpe Jugulum). Después de los magos de Ankh-Morpork, constituyen una de las comunidades más divertidas nacidas de la mente de Pratchett,y su peculiar vocabulario (cuya traducción debe ser todo un reto) permite identificarles con la misma certeza que a la Muerte. Inasequibles al desaliento, se convertirán en los principales aliados de Tiffany en su lucha contra las maquinaciones de la Reina de los elfos. Enfrentamiento que tendrá lugar en un mundo de las hadas bastante alejado de la visión romántica y edulcorada de los cuentos. Se trata, en cambio, de un lugar tenebroso con el que Pratchett recupera el talento para estremecer al lector del que ya hizo gala en Papá Puerco. De hecho, si el personaje de La Reina bordea lo siniestro, no se quedan atrás las criaturas a su servicio. Destacando en ello los somníbulos, que tienen un papel relevante en la concepción de este mundo.

En resumen, The Wee Free Men se presenta como la oportunidad de profundizar en las raíces de la “cabezología” de las brujas a través de la mente de Tiffany Dolorido. Y, de paso, reírse un buen rato a costa de esta versión gamberra e irreverente de las hadas.

martes, 1 de mayo de 2012

Otros Autores: Laura López

Al fin llega Mayo, con el buen tiempo y las flores... y en Párrafos Perturbados volvemos a tener a un autor invitado. En este caso, invitada, y portadora de escalofríos sobrenaturales. Se trata de Laura López Alfranca, joven en estas lides aunque acumula muchas obras y mucho trabajo a las espaldas sin haber llegado aún a la treintena. Entre otras cosas, he descubierto que también formó parte del ramillete de autores que tuvimos el honor de colaborar para NGC-3660. Este año, por suerte para ella, ha conseguido dar un pasito más en el complicado mundo editorial y ha publicado su primera novela (de terror), con la editorial Babylon: "La otra cara del espejo".
Así pues, y tras desearle todo lo mejor en su carrera de escritora, os animo a consultar su blog y leer su libro... después de haber acabado con la entrevista, por supuesto. 1. Cuando pensaste en publicar por primera vez, ¿Qué te motivó a hacerlo?
Como muchos otros autores, la necesidad de ser leída.
Siempre me ha gustado escribir... mejor dicho, de niña me encantaba imaginarme escribiendo grandes historias y la gente las disfrutaba (lo que fallaba es que NUNCA conseguía acabar nada). Creo que en el fondo, todos los que amamos la lectura hemos soñado con ver nuestras letras en una portada y por los escaparates de todo el mundo.
Cuando realmente me decidí a escribir, no pensé en publicar ni en nada. Un amigo me pasó un concurso y me lancé a mandarlo. Una forma de intentar romper con esa niña que soñaba con publicar, para pasar a ser alguien que realmente deseaba escribir y ser leída.
2. ¿Cómo ha sido, hasta ahora, tu experiencia en el mundo editorial?
He tenido toda clase de experiencias. He tenido suerte de que dos editoriales de verdad se interesasen por mí, pero he vadeado muchas otras que eran, cuanto menos, timos. Me he librado de varias editoriales que luego se demostraron tener granas de engañar a los autores, las que fingían ser de edición y te pedían más dinero que algunas de auto edición (una vez, incluso, me llegaron a mandar tal contrato abusivo, que con el dinero que me pedían, ni vendiendo toda la tirada podría haber percibido ingresos)... lo que me ha enseñado es que sí, la suerte es importante, pero mucho más haber trabajado antes y saber cuándo y cómo moverte.
3. ¿Dónde buscas la inspiración para tus obras?
De todas partes, la verdad. Tiendo a fijarme mucho en lo que me rodea, porque nunca sabes qué te puede decir. La música, películas, series, libros... aunque debo reconocer que siempre que veo algo con una trama, mi mente discurre por otros derroteros (he escrito relatos infantiles de ideas surgidas de películas de terror)
4. ¿Cuál es tu medio favorito? ¿El relato o la novela?
Los dos, porque me permiten experimentar con la escritura y diferentes ideas. Siempre es bueno arriesgarse y retarse a uno mismo, sobre todo si no se siente seguro para desarrollar alguna idea. La práctica es lo que nos lleva a aprender el oficio.
5. ¿Cuánto te han influenciado tus estudios y /o tu profesión a la hora de escribir?
Depende de la historia, pero sí es cierto que todo lo que estudié de ciencias me sirvió para las historias de Ciencia Ficción. Aunque no se puede decir que me haya influenciado demasiado, creo que, en el fondo, siempre supe que mi profesión era ser escritora.
6. La pastilla azul hace que seas un Best-Seller mundial. La pastilla roja hace que te estudien en la escuela cuando pasen los años. Tú eliges....
Este... pido el comodín del 50%. Lo reconozco, me encantaría tanto la una (para disfrutar estando viva de mi éxito) como la otra (saber que mi obra ha calado lo suficiente como para merecer ser estudiada), pero siendo completamente lógica y realista, tengo más fácil ser pastillita azul que roja, por lo que optaré por la primera, aunque prefiera la segunda :P (más por pura lógica que otra cosa).
7. ¿Tienes alguna rutina diaria para escribir, o te dejas llevar?
Ponerme los cascos, releer lo que he escrito anteriormente y lanzarme al tecleo. Hay veces que necesito escoger una canción que marque el ritmo de la escena, otras, el sonido de la televisión... y a veces, jugar a video juegos con la música que necesito y pensar en cómo trazar la escena.
8. ¿Hay algún manuscrito que guardes en un cajón porque aún no lo consideres suficientemente bueno?
Más bien inicios de historias. Sigo aprendiendo para volverlas a coger y darles una oportunidad, de esas hay muchas... y muy pocas horas al día para hacer todo lo que corresponde.

9. Algo que puedas contar sobre tu último proyecto literario...Que esté en fase de publicación o más cerca de estarlo, tengo Y cuando la Tierra estuvo enferma.. una distopía juvenil con alienígenas, traiciones, muerte y mucha acción. Y por otro lado Acuarelas de Brasil una novela realista sobre la locura.
Que esté trabajando actualmente, además de relatos, estoy con tres frentes abiertos (homoerótica sobrenatural, trilogía de ciencia ficción y novela realista), que como no me he decidido, pues la verdad es que poco puedo contar sobre ellas.
10. ¿Qué libro rescatarías a toda costa de tu biblioteca?
Mío no sabría, no soy muy buena para catalogar mi obra... ahora bien, de otros autores... la lista sería muy larga. Me encanta leer y eso se nota, tengo las estanterías abarrotadas.
11. ¿La última novela que has leído y recomendarías?
Dinero a mansalva del grandísimo Terry Pratchett. Cualquier obra de ese autor y Neil Gaiman merecen la pena.
12. ¿Con qué personaje literario te identificarías?
Con muchísimos... creo que diría que estoy entre Kvothe (El nombre del viento) y Hermione de Harry Potter (y muchos más, seguro, pero ahora son los únicos que me vienen a la cabeza).
13. ¿Edición tradicional, o edición digital?
Las dos, la editorial debe satisfacer la demanda de los lectores y dejar un mercado u otro sin atender, para ellos es una pérdida de dinero, para los escritores una pérdida de lectores.
14. Aparte de escribir, ¿practicas alguna otra disciplina artística?
No, ya me cuesta mucho poder desenvolverme en la escritura, me temo que otras artes solo las practico por hobby, nunca como disciplina y mucho menos para dominarla.
15. ¿Algún sueño que te falte por cumplir, y puedas confesar?
Muchísimos, pero creo que el que más deseo, es pronto poder acercarme a las grandes tiendas (tipo Fnac, Corte inglés y demás) y ver mi libro en un montoncito destacado. Eso y un escaparate para mí sola, son mis nuevos sueños.