jueves, 12 de junio de 2014

Feria del Libro 2014. Conclusiones.

En efecto, por si algun@ no se enteró a tiempo... este año he vuelto a disfrutar de la experiencia de estar "del otro lado" en una caseta de la Feria del Libro. Y no solo una, si no dos veces. Lo que se de dice de que a la tercera va la vencida, aquí se ha cumplido con creces.

(El trío de autores, luciendo los dos volúmenes de Ácronos)

El primer día, el lunes 2, Hector Gómez Herrero, Laura López Alfranca y un servidor compartimos la tarde con los simpáticos componentes de la distribuidora Maidhisa. Yo era el único autor que repetía de la sesión de firmas del año pasado, por el primer volumen de Ácronos, pero aún así me alegró ver que se acordaban de mi y sólo puedo tener buenas palabras para ellos. Eso sí, dado el día de la semana en que estábamos, se trató de una de esas tardes "animadas", en las que los visitantes aparecen en la caseta a ratos, con más curiosidad que otra cosa. Aunque, en ese sentido, nosotros jugábamos con ventaja porque apareció por allí Carlos, nuestro mejor fan. Y así, debatiendo sobre lo divino y lo humano en lo literario, intentamos atraer nuevos acólitos al steampunk hasta que llegó la hora de cerrar.

(a un fan que se presenta así no se le niega nada)

(nuestro mayor pesar, no haber firmado más)

El segundo día de firmas, el sábado 7, más de uno de los que acudimos nos debimos de sentir desbordados. La multitud se agolpaba junto a las casetas con invitados "de campanillas" y, en general, llenaban la Feria de cabo a rabo. Uno de esos fines de semana que los libreros piden a sus dioses cuando se acercan estas fechas, vamos.

Por nuestra parte, además, el desembarco de autores fue de órdago: repetimos los que estuvimos en la presentación en Generación-X (Hector Gómez Herrero, Jose Ramón Vazquez, Eduardo Vaquerizo y un servidor), con el añadido del "alma mater" de Ácronos: Josué Ramos, lo cual provocó que abarrotásemos la caseta de El Mono Araña. A cambio, los aficionados que se acercaron a conseguir sus dedicatorias no pudieron quedar más contentos, puesto que se hicieron con las firmas de un tercio de la estupenda nómina de autores de Ácronos 2 de una sola tacada.

(demostración palpable del buen ambiente reinante)

Y ahora, la pregunta del millón: ¿Tuvimos exito? Pues, desde luego, tuvimos todo el que podríamos haber deseado, ya que agotamos los ejemplares disponibles (de lo cual hay que culpar a la visita de los amigos, familiares y seguidores de cada uno) y además provocamos la curiosidad de los visitantes que pasaban junto a nuestra caseta gracias a la sempiterna presencia de Carlos, el fan del que nos estamos haciendo fans los autores de Ácronos.

(los arriba firmantes, admiradores rendidos del caballero victoriano)

¿A qué podemos aspirar después de esta Feria del Libro? Pues a sesiones de firmas con cola de espera, como algunas que a mi me causaron sana (y no tan sana) envidia, y quizás enganchar más a los lectores aficionados a demostrar su gusto por el steampunk "en la vida diaria", porque un alegre grupo de caballeros y damas victorianos habría sido algo digno de ver.

Y con esto, de momento, se acaban los eventos de promoción que podría tener a la vista. Al menos, hasta que las demás convocatorias "pendientes" comiencen a publicarse.

Pero tranquil@s, que iré informado cumplidamente de fechas...




jueves, 5 de junio de 2014

De Yogurteras y Tomateras

Venga hoy otro artículo dedicado a mis divagaciones sobre el mundo editorial. En esta ocasión, dedicado a la reflexión que se puede plantear quien está inmerso en este mundillo por los problemas derivados del pirateo de libros.

En fecha bastante reciente, se abrió un debate sobre el conflicto de los ebooks "caseros" (y las salidas que podrían poner en práctica las editoriales para detener la pérdida de lectores que esta práctica supone) en un grupo de Facebook. El artículo principal tomaba como ejemplo una defensa contra la piratería de películas hecha por Javier Bardem, comparando el mundo editorial con un comerciante obligado a innovar sus productos para adaptarse a las nuevas tecnologías que pueden hacerle una "competencia desleal".

El caso es que este debate me recordó a otra polémica, surgida también en Facebook cuando alguien hizo notar que algún "avispado" había decidido convertir la Antología Steampunk de Felix J. Palma en un audiolibro (saltándose a la torera todos los derechos de la editorial, of course). Un plan para el que se había valido de alguna clase de programa lector de textos, similar al que posee el Adobe Reader. El resultado de semejante idea era una voz electrónica, leyendo un texto en castellano con la entonación que debería usar para un texto en inglés. Una aberración, en pocas palabras. Pero lo asombroso de la noticia no era ya que este individuo hubiese tenido la osadía de ofrecer estos archivos en una página de descargas. Lo que a mí me resultó ya estrambótico fue comprobar que no sólo poseía un importante número de seguidores, si no que esas personas le reclamaban con ansia que colgase más grabaciones de ese tipo. ¿Realmente había gente capaz de dejar que el audio continuase tras los primeros quince segundos, en lugar de apagar el reproductor?

La conclusión a la que me hacen llegar es que, igual que hay personas que ya no van al cine porque se conforman con ver una grabación hecha a escondidas en la sala, se está creando un grupo de "lectores" que dan por bueno un ebook basado en el escaneo de páginas (por más fallos ortotipográficos que se encuentren), o un audiolibro que les lea como un analfabeto. Esto es un hecho que tira por tierra toda la teoría del "ponerse al día" o el "no seas ciego a las nuevas tecnologías". La constatación de que la gente pueda consumir un producto de ínfima calidad sólo porque es gratis sí que resulta preocupante. Porque eso significa que no importa cuánto innoves, o que decidas olvidarte de la polémica sobre el DRM para que los ebooks no pasen de un lector a otro. Ese grupo de personas sencillamente se han acostumbrado a no pagar. Y me da miedo que, al igual que lo que he dicho respecto a las películas y el "top manta", lo que pueda ser un recurso puntual se acabe convirtiendo en el modo habitual de consumir libros.

Vale, quizás se trate de una deducción muy catastrofista. Pero las evidencias están ahí. Y la pregunta es obvia: ¿cuánto tiempo puede soportar un negocio que la gente quiera su producto de forma gratuita? Podríamos esgrimir ahora el discurso de "ajusten los precios a las posibilidades de los clientes", pero no hace mucho era la propia editorial Kelonia la que se lamentaba del pirateo, a pesar de haber dejado el coste en papel o ebook a un mínimo muy razonable. De nuevo, hay gente que sigue prefiriendo ver un dvd (aunque se oiga fatal y no se vea bien) a ir a una sala, por mucha promoción del día del espectador que le puedan hacer. Todos tenemos a conocidos que presumen de ver las películas a base de screeners, y a los que no se puede convencer de que eso que ha visto en la pantalla de la televisión no es el producto que han imaginado los guionistas, el director y los productores.


Y aquí entra mi razonamiento de la tomatera. ¿Sería justo que todos los que pasamos junto a un campo de tomates nos llevásemos los frutos? Al fin y al cabo, tampoco es que el agricultor haga gran cosa, ¿no? Se limita a plantarlos y a esperar a que crezcan.  Y los del super los cobran luego a precio de oro... Y aunque no lo parezca, las consecuencias de un abuso generalizado tiene un paralelismo muy similar: el agricultor (o editor) calcula una cosecha y espera un beneficio que le compense por los gastos de la siembra, la recogida, etc... Pero, si a la hora de hacer cuentas, los "avispados" nos hemos llevado una parte sustancial de los frutos, al agricultor le reducimos los beneficios. Y con esa constante, se le obliga a subir el precio del producto (lo que alimentará las críticas por un "precio abusivo", reafirmando la opinión de los "avispados") o a asumir que sus expectativas de ganancias con las que costear las siguientes cosechas se han reducido. Este ciclo, repetido una y otra vez con cada cosecha, acabará forzando al agricultor a abandonar su oficio cuando sea incapaz de afrontar los gastos de su empresa. Un extremo que puede ser lejano aún para el mercado editorial en general, pero tiene visos de convertirse en una realidad para los sellos modestos. 

Lo peor de todo esto es que estoy seguro de que los responsables de estos ebook/audiolibros "de baratillo" son totalmente impermeables a estos razonamientos. Para ellos, lo normal ya es ir a tu terreno a coger tomates en lugar de pagarlos en la tienda. Y cuando una editorial cierre, se buscarán otra tomatera y seguirán arrancando frutos...

domingo, 1 de junio de 2014

Autores Acrónicos: Hector Gómez Herrero

Comenzamos el mes de Junio con la entrevista a otro autor de Ácronos 2. En este caso, Hector Gómez Herrero. Otra de las "jóvenes promesas" que se ha colado, al fin, entre nuestras filas, tras haberlo intentado en la convocatoria de la primera antología. Y eso que desde 2008 su nombre viene sonando en concursos literarios del género bastante reconocidos (Visiones, Ovelles Elèctriques...)


Ante otro talento para la narración corta como es este caso, lo único que puedo hacer es pediros que os leáis la entrevista antes de pasaros por su blog. Y advertiros de que, en cuanto hayáis disfrutado de Bajo la linterna, no tendréis más remedio que buscar las demás antologías en las que ha participado para comprobar si os puede transportar a otros lugares igual de evocadores. 

1. Cuando pensaste en publicar por primera vez, ¿Qué te motivó a hacerlo?
Supongo que fue durante la adolescencia. Entonces escribir ya era un hábito, y supongo que empecé a plantearme tratar de publicar algo. En aquel momento escribía bastante y me parecía lo más natural tratar de publicarlo. Menos mal que por aquel entonces no lo conseguí porque lo que escribí en aquellos años dejaba mucho que desear. Me quedaba (y me queda) mucho por aprender. 

2. ¿Cómo ha sido, hasta ahora, tu experiencia en el mundo editorial? 
¿Hasta ahora? Relativamente escasa. He publicado algunos relatos, principalmente en antologías resultado de algún concurso. Me gustaría lanzarme a publicar alguna novela, o al menos algo completamente propio, pero es algo en lo que todavía tengo que trabajar bastante, me he acomodado demasiado en el relato. 

3. ¿Dónde buscas la inspiración para tus obras? 
Por lo general, no suelo buscar la inspiración en ningún lugar concreto. A veces estoy leyendo un libro (principalmente de mitología) o haciendo algo completamente cotidiano y algo encaja. Mi cabeza relaciona dos o tres ideas que no tienen nada que ver, pero a las que llevo dando vueltas varios días y ya tengo una historia, un comienzo, un hilo del que tirar y con el que poder crear un relato. Otras veces es una imagen mental, como le pasaba a C.S. Lewis, la que me da toda una historia. O me obsesiono con algún detalle hasta que termino por exprimirle algo que contar. Siempre es algo distinto, pero por lo general no es algo que vaya buscando, es algo con lo que más bien me suelo encontrar. 

4. ¿Cuál es tu medio favorito? ¿El relato o la novela? 
Ahora mismo el medio en el que más cómodo me encuentro es el relato. Aún no he sido capaz de acabar de escribir una novela. Tengo algún relato largo que casi llega a novela corta. Que es quizás el espacio donde más a mis anchas me siento. Siempre que no tengo una limitación de espacio termino tendiendo a esa longitud, lo suficientemente detallada, pero sin necesidad de la cantidad de complicaciones y giros de una novela. 

5. ¿Cuánto te han influenciado tus estudios y /o tu profesión a la hora de escribir? 
Soy geólogo, aunque ahora mismo no ejerzo como tal. Así que a priori quizás mis estudios no hayan influido, pero sí es cierto que con una formación científica uno se enfrenta de forma distinta a algunos problemas. La ciencia es más creativa de lo que parece, sobre todo a la hora de enfrentarse a los problemas que trata de resolver, así que una formación así te enseña a aplicar otras soluciones, otros puntos de vista a la hora de hacer cualquier cosa, y eso es muy útil a la hora de escribir. Además, mis años de universitario me han influido muchísimo como persona, no sólo desde el aspecto académico, si no como experiencia personal, y eso sí que ha tenido un impacto innegable en mí como escritor. 

6. ¿Cuál fue tu camino para llegar al Steampunk? 
La verdad es que me topé con el steampunk cuando empezó toda esta proliferación de concursos sobre el tema. Y me gustó. Me divierte escribir dentro de un género con el que nunca había jugado y que me resulta tan versátil si sabes mirarlo desde la perspectiva adecuada. Ha habido otras oleadas literarias, o modas anteriores con las que también se podía jugar, pero llegaba un momento en el que era fácil que todo estuviera ya muy manido. El steampunk es todo un género, y con todo un género siempre hay algo nuevo que hacer, algo nuevo que contar. 

7. ¿Tienes alguna rutina diaria para escribir, o te dejas llevar? 
Cuando escribo, suelo hacerlo por las noches. Sí he tenido temporadas de seguir una rutina muy estricta, cuando tenía una historia muy definida en la cabeza y era algo más largo (una de esas novelas cortas que comentaba antes). Pero cuando estoy sin un proyecto así, y sólo escribiendo relatos, todo termina siendo más caótico, y al final tengo que sacar un rato para exprimir la idea y rezar para que no me pille el toro con la fecha tope del certamen de turno.

8. ¿Qué se van a encontrar los lectores cuando lean tu relato en Acronos 2? 
Algo que no es del todo steampunk. Que creo que es lo que pasa con muchos relatos de este segundo volumen. La idea, la imagen, que me inspiró el relato no era del todo steampunk, me permitía mucho mezclar varios géneros un poco a lo loco, y todos ellos bastante fuera de lo que suelo escribir. Así que aunque es un relato con mucho estética y ambiente retrofuturista tiene mucho de otras ramas de la ciencia-ficción.

(imagen "inspirada" en su relato: Lantern City de Justin Yun)

9. Algo que puedas contar sobre tu próximo proyecto literario... 
Llevo bastante tiempo tratando de recuperar un proyecto un poco viejo, pero que siempre he querido hacer. Encadenar toda una serie de relatos, de forma más o menos evidente. Ambientarlos en un mismo mundo y crear un pequeño universo personal. Me gustaría poder recopilar al menos una antología que funcionase de esa forma, distintas historias pequeñas esparcidas a lo largo del tiempo, pero todas ellas dentro del mismo universo. Lo curioso, es que de forma inesperada he visto que empiezo a tener ideas para hacer lo mismo con un segundo proyecto, así que tendré que aplicarme bastante para dar abasto con todo. 

10. ¿Qué libro rescatarías a toda costa de tu biblioteca?
La verdad es que no tengo ediciones demasiado especiales de ningún libro. Si mi biblioteca saliese ardiendo me tocaría volver a comprar un montón de libros de bolsillo. Sí es cierto que tengo una edición relativamente antigua de Las mil y una noches, heredada de mis padres, que es una delicia. Y unos Cuentos Completos de Andersen que recuerdo desde niño y que me daría muchísima pena perder porque recuerdo hasta sus dibujos desde que era bien pequeño. 

11. ¿La última novela que has leído y recomendarías? 
Pues la última novela que he leído y recomendaría sin duda ha sido El océano al final del camino de Neil Gaiman, porque ha sido un libro que no era para nada lo que esperaba. Gaiman tiene esa facilidad para contar una historia sin importarle lo que esperen de él, pero en este libro ha conseguido al tiempo escribir algo que no se parece en absoluto a nada que él hubiera escrito o pudiera escribir, y que a la vez es completamente personal y auténticamente suyo. Hacía mucho que una novela no me sorprendía tanto. 

12. ¿Con qué escritor te gustaría coincidir en un ascensor? ¿Qué le preguntarías? 
Sabiendo lo cortado que soy para hablar con la gente que no conozco probablemente fuese quien fuese tendríamos un silencio incómodo. A no ser que fuese Terry Pratchett, estoy convencido de que es la clase de persona que nunca tiene uno de esos. 

13. ¿Edición tradicional, o edición digital? 
A mí me gusta pasar hojas, ¿qué le voy a hacer? Pero no tengo nada en contra de las ediciones digitales. Son supercómodas, sobre todo cuando viajas o cuando buscas autores que ya están descatalogados en papel. 

14. Aparte de escribir, ¿practicas alguna otra disciplina artística? 
Últimamente llevo algún tiempo dedicándome como hobby a la fotografía, de hecho empieza a quitarme tiempo para escribir y comienza a ser algo problemático cumplir con ambas aficiones sin descuidar ninguna demasiado. 

15. ¿Algún sueño que te falte por cumplir, y puedas confesar? 
Seguir mejorando, y que llegue el momento en que esté completamente satisfecho con lo que escribo, pero creo que ese perfeccionismo es común a todos los escritores. 

También me gustaría poder publicar algo propio fuera de una antología comunitaria. Para eso toca trabajar y no conformarse con lo logrado hasta ahora. Para mi contar historias se hace con la intención de que haya alguien que las lea o que las oiga. Me suelo considerar más narrador o cuentacuentos, que escritor, así que ésa es mi meta más que mi sueño, compartir lo que escribo, llegar a toda la gente posible. Y a día de hoy el método principal para ello sigue siendo la publicación tradicional, así que por ello trabajo, por tener algo que considere digno e interesante para ser publicado.