lunes, 16 de noviembre de 2009

30.000 Palabras


Aunque soy de los que comparten la superstición de que es mejor no hablar de los proyectos inacabados para no gafarlos, voy a cruzar los dedos y hacer un artículo sobre el manuscrito que tengo entre manos.

Hasta ahora, el texto ha crecido hasta las 30.000 palabras. Teniendo en cuenta que me propongo alcanzar una longitud similar a la de "El secreto de los dioses olvidados", la cual llegó a las 100.000, está claro que aún no he hecho más que recorrer el principio del camino. Ahora mismo tampoco estoy añadiendo demasiado material nuevo porque, en realidad, estoy reelaborando los pasajes que conservo del "núcleo básico original". Se trata de relatos preescritos que compartían una línea argumental (lo cual no ocurrió con el "núcleo" de "El secreto de los dioses olvidados", por cierto) y que aún debo adaptar a la ambientación definitiva de la trama de la novela. Eso supone que cada día escribo tres o cuatro páginas, pero sólo avanzo una o dos hacia el objetivo que tengo marcado. La intención es disponer de un manuscrito con todo el texto reelaborado para fin de mes. Y dedicarme a partir de entonces a conseguir el manuscrito definitivo (a ser posible, antes de fin de año).

Al considerar el planning en términos de números, 70.000 palabras para dentro de mes y medio, la sensación es casi abrumadora. Supone alrededor de 2.000 palabras diarias (unas 6 páginas). Claro que, si lees a otros decir que han sacado adelante 60 páginas en un fin de semana, la angustia suena irrisoria. También es cierto que el manuscrito de "El secreto de los dioses olvidados" no me tomó más de cuatro meses, puesto que le dedico mucho más tiempo a documentarme, preparar la sinopsis y darle forma a los personajes y los elementos de fantasía de la historia. En éste caso, la idea de la novela empezó a rondarme en Julio y no me he centrado en la escritura hasta Octubre. Debería jugar a mi favor el disponer de una sinopsis tan exhaustiva como soy capaz, que me permite recordar qué quiero que ocurra en cada capitulo, describiendo el "meollo" básico de cada escena. Eso me permite redactar de forma no lineal, por una parte, y me da unas pautas generales muy útiles al enfrentarme al texto.

Por otro lado, no quiero dar la impresión de que me preocupa más rellenar X número de páginas que el propio contenido de las mismas. Opino que la longitud de un texto depende siempre de lo que quieres contar y de lo que es imprescindible para que la narración no se quede "coja". Por encima de ese punto, considero que se empieza a transitar por el peligroso mundo de los excesos retóricos y las descripciones innecesarias. De hecho, cuando leo obras de 500 o más páginas me admira que alguien sea capaz de prolongar un argumento durante tanto espacio.

Lo cual me lleva a otro detalle importante concerniente a este proyecto. Se trata de una novela que nace con la pretensión de dar pie a una saga. Por una parte no estaba convencido de que debiera hacerlo. Veo a mucha gente en los foros de escritores, emocionados con sus propios planes para publicar epopeyas monumentales. Y me parece (con perdón) que se están dejando llevar por el razonamiento de que la fantasía (sobre todo la fantasía) sólo se vende si imita el modelo "Tolkieniano". No voy a renegar de ellas, porque algunas de esas sagas están entre mis lecturas favoritas. Sin embargo, no creo que sean imprescindibles 5.000 páginas para escribir buena fantasía o ciencia-ficción (aunque una serie con éxito sea como maná caído del cielo para cualquier editorial).

¿Por qué, entonces, me embarco en un proyecto que va contra algunas de mis "creencias literarias"? Pues, en primer lugar, porque los personajes y el mundo de los que estoy hablando me sugieren una aventura épica de gran tamaño. Después, supone la manera de escribir esa historia extensa sin obligarme a manejar un manuscrito muy voluminoso. Y por último, me lo he tomado como un reto. La forma de explorar el desarrollo de unos personajes y enfrentarme a una aventura que puede tomarme varios años en el futuro para verla completada.

Pero, de momento, no es más que un sueño perfilado en 30.000 palabras. Aún hay que acabar el primer episodio de la serie y "dárselo a probar" a lectores críticos, para que ellos decidan si realmente les gustaría seguir asomándose a ese mundo que les propongo. y dudo que ese primer paso acabe antes del verano del 2010.

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