miércoles, 14 de abril de 2010

De nuevo en procelosas aguas...


A día de hoy me embarco de nuevo en esa aventura que es conquistar una editorial. Después de cinco meses dando forma a mi última novela, por fin he conseguido dar por terminado el primer manuscrito. Esta mañana he dejado la copia pertinente en el Registro de la Propiedad Intelectual, y con ése trámite realizado me toca coger fuerzas.

Fuerzas, en primer lugar, para acometer una primera revisión ortográfica y lingüística. Ya mientras esperaba turno en el Registro he descubierto algunas notas discordantes al hojear el texto, y supongo que mi fiel compañero el Word habrá considerado más palabras como neologismos de necesaria acuñación.

Para esta ocasión, de cualquier modo, tengo mejores perspectivas en cuanto al proceso de "pulido del texto". Aunque, por el otro lado, también he añadido nuevas dificultades. El número de lectores dispuestos a leer el borrador y aportar críticas promete ser mayor y más exhaustivo. Gracias a ello, las modificaciones del texto deberían responder ahora a las propuestas que me hagan en lugar de depender únicamente de mi "instinto" (y no desprecio mi instinto porque, al fin y al cabo, me permitió publicar "El secreto de los dioses olvidados").

Sin embargo, la mayor complicación de este nuevo proyecto es su dimensión. Por una parte, pretende ser el germen de una serie de libros. Y por otra, es la presentación de un universo plagado de elementos de fantasía. El mayor reto a la hora de escribir ha sido desvelar datos sobre ese universo, esperando llamar la atención del lector pero sin extenderme en detalles que pretendo exponer en otro momento. Creo que el resultado ha sido satisfactorio, pero es de las dudas que espero resolver con el "grupo de lectura crítica".

Por supuesto, el hecho de embarcarme en una "saga" hace que me vea atado al proyecto para varios años. Sin embargo, aún con ese temor rondándome, lo cierto es que he acabado convenciéndome de la necesidad de hacerlo. Sobre todo porque ese universo fabulado ha ido desplegándose a medida que lo describía y un sólo libro no podría contar todas las aventuras que he imaginado para sus personajes (bueno, a menos que fuera un tocho del calibre de "Un mundo sin fin"). Aunque si algo me preocupa ahora es cómo presentar una obra así a las editoriales, puesto que yo mismo lo siento como un proyecto inacabado. ¿Aceptará un editor publicar el libro, sabiendo que la historia no está concluída, o querrá más?

En otro sentido, los seguidores del blog podéis estar de enhorabuena porque ahora me podré dedicar a añadir reseñas y comentarios mientras espero a que el libro repose. Hasta el principio del verano no creo que vuelva a verme inmerso en la fiebre de la escritura y la corrección.

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